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jueves, 4 de julio de 2013

Introducción - I

Como podrá apreciarse en el contenido de los siguientes capítulos, el hueso en la edad infantil presenta una serie de peculiaridades, tanto en su composición como en su fisiología, que son determinantes en la, a menudo, especial morfología de las fracturas en este grupo de edad y dan lugar a unas reacciones ante la fractura características del hueso inmaduro. En cuanto a los mencionados rasgos particulares de composición y fisiología del hueso inmaduro podríamos destacar: 
• Cartílago de crecimiento (o fisis) presente. 
• Periostio grueso y fuerte. 
• Relación agua-matriz orgánica vs mineral elevada. Por eso, el hueso infantil es más elástico y menos frágil que el del adulto. 
• Relación cartílago/hueso en las epifisis más elevada cuanto más joven es el niño. 
• Alta capacidad de regeneración tisular que se manifiesta por un «turn-over» acelerado de aposición-reabsorción ósea con respecto a los adultos y que se incrementa aún más en caso de fractura (para su reparación) o de alteraciones mecánicas en el hueso, por ejemplo producidas por una consolidación viciosa (para su remodelación). 
TIPOS DE FRACTURAS 
Muchas de las fracturas en los niños son del mismo tipo que las de los pacientes esqueléticamente maduros (adultos) pero, precisamente los factores más arriba mencionados contribuyen en gran medida a que los niños también sufran con frecuencia fracturas exclusivas o casi exclusivas del hueso inmaduro. 
Fracturas del cartílago de crecimiento (fracturas fisarias) Dado que esta estructura sólo existe en el esqueleto inmaduro se puede decir que éstas son fracturas exclusivas de los niños (Fig. 1a). Son responsables en ocasiones, y sobre todo si se diagnostican y tratan poco adecuadamente, de graves secuelas que afectan principalmente al crecimiento futuro del segmento óseo fracturado.

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