f Todo sobre Fisioterapia: febrero 2014

viernes, 28 de febrero de 2014

Lesiones traumáticas de la mano - I


Las Fracturas de la mano en los Niños ocupan El Lugar Segundo, en Cuanto a la frecuencia, despues de las Fracturas del Extremo distal del radio. Constituyen Una Problemática Algoritmo Distinta a La Que Presentan el los Adultos, debido a las diferencias anatómicas Unas Claras, Dentro las Que Cabe destacar la Presencia de Abundante cartílago en las epífisis y, fundamentalmente, la Presencia de la placa fisaria o cartílago de Crecimiento, Que permite la Presentación de la ONU pisos especial de fractura, Exclusiva de los Niños. Pecado ante la ONU estafa Niño traumatismo en la mano es Importante Una correcta viene Viene Exploración clínica, ya Que Una Localización previa de la Posible Lesión nos facilitará el Diagnóstico radiográfico de la Misma. Sin embargo, en los Niños la Exploración Puede Ser Difícil, PORQUE Suelen colaborar Poco y de Aquí QUE SEA fundamental clínica La Historia: ¿Cómo Sé ha Producido el traumatismo, ¿QUÉ estába Haciendo? La Exploración radiográfica Es Un complemento de la Exploración clínica, Pero heno Que estafa CONTAR Que El Niño Florerias presentar Lesiones osteoarticulares de Difícil Visualizacion radiográfica dada la CANTIDAD de cartílago Que Presentación. Una Proyección de Perfil Correcta es fundamental, Especialmente para Descartar Una fractura del cuello de la falange, podria Que Pasar desapercibida.

jueves, 27 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas del carpo

1. Beaty E, Light TR, Belsole RJ, Ogden JA. Wrist and Hand Skeletal Injuries in Children. Hand Clin 1990; 6: 723-38. 

2. Greene MH, Hadied AM, Lamont RL. Scaphoid Fractures in Children. J Hand Surg 1984; 9(A): 536-41. 

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miércoles, 26 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas distales de antebrazo

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martes, 25 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas diafisarias del antebrazo

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lunes, 24 de febrero de 2014

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domingo, 23 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas de Monteggia

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sábado, 22 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas de la extremidad proximal del radio

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viernes, 21 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas de olécranon y apófisis coronoides

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BIBLIOGRAFÍA - Fracturas del húmero distal

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jueves, 20 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Luxación de codo y «codo de niñera»

  1. Ayala H, De Pablos J, González J, Martínez A. El atrapamiento del nervio mediano después Posterior Luxación del codo. Microcirugía 1983; 4: 215-20. 
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miércoles, 19 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas de la diafisis humeral

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martes, 18 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas proximales de húmero

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lunes, 17 de febrero de 2014

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domingo, 16 de febrero de 2014

BIBLIOGRAFÍA - Fracturas de la clavícula y de la escápula:

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sábado, 15 de febrero de 2014

Fracturas del carpo - II


El tratamiento es siempre conservador mediante férula de yeso en las lesiones con avulsión durante 3 semanas o con vendaje completo durante 6 a 10 semanas en las fracturas completas (Fig. 54). La inmovilización debe incluir el primer dedo con ligera flexión de muñeca. Sin embargo, la necesidad de inmovilización del codo está sujeta a controversia.
La complicación más frecuente, aunque rara, de la fractura de escafoides en niños es la pseudoartrosis, favorecida por retrasos en el diagnostico y aplicación de tratamientos inadecuados. 
Su tratamiento consiste en primer lugar en una actitud de espera ante cualquier retardo en la consolidación prolongando la inmovilización y, si ésta no se produce deben valorarse distintos métodos quirúrgicos, de los que los más frecuentes son la aplicación de autoinjertos corticoesponjosos iliacos pudiendo asociarse o no fijación interna, con agujas de Kirschner o tornillos tipo Herbert (Fig. 55). 
La necrosis del escafoides, es excepcional y se localiza habitualmente en el polo proximal. La fractura de resto de huesos del carpo es muy poco frecuente y suele producirse por mecanismo directo. 
La clínica es semejante a la del escafoides variando lógicamente la localización. El tratamiento de entrada es conservador mediante inmovilización con yeso antebraquial, dejando el tratamiento quirúrgico para las posibles complicaciones.

viernes, 14 de febrero de 2014

Fracturas del carpo - I


Las fracturas del carpo son excepcionales en los niños Fractura de escafoides 
Es la más habitual del carpo (87%), aparece en adolescentes y excepcionalmente en niños menores de 10 años, debido a la gruesa capa de cartílago que rodea y protege el núcleo de osificación en esas edades tempranas 
El mecanismo de producción es la caída sobre la mano en extensión y ocasionalmente el traumatismo directo. Las fracturas de escafoides pueden afectar: al polo proximal (en escasas ocasiones), al tercio medio (25%) y al tercio distal, siendo éstas las más frecuentes en niños (75%). Concretamente las avulsiones del polo distal son las más habituales en los niños. 
La clínica de estas fracturas es poco llamativa, con dolor en la región de la tabaquera anatómica que va cediendo con los días, por lo que el niño con frecuencia comienza de nuevo a realizar su actividad normal; por este motivo el diagnóstico clínico deba ser inmediato, para que estas fracturas no pasen desapercibidas. Podemos observar también tumefacción de la zona con impotencia funcional para la movilización del carpo. Ante un diagnóstico de fractura distal de radio debemos de descartar una fractura de escafoides, ya que esta asociación es relativamente frecuente. 
El estudio radiológico (Fig. 53) debe incluir proyecciones antero-posterior, lateral, oblicuas, y en pronación máxima (muy importante en las avulsiones), así como una placa comparativa de ambos carpos. Las radiografías pueden ser poco demostrativas en fases iniciales de la lesión, por ello es necesario repetirlas al cabo de 10-15 días e incluso, si fuera necesario, realizar un TAC para llegar al diagnostico certero de fractura.

jueves, 13 de febrero de 2014

Luxación de la articulación radiocubital distal


Son lesiones generalmente asociadas a otras lesiones de muñeca o antebrazo y de excepcional presentación. El mecanismo lesional es un movimiento brusco de supinación con rotura del ligamento triangular y el ligamento radiocubital palmar o pronación forzada con rotura del ligamento triangular y radiocubital dorsal, con la subsiguiente luxación del cúbito hacia palmar o dorsal respectivamente. 
El tratamiento consiste en la reducción de la luxación con tracción y movimiento rotacional contrario al que produjo la lesión. 
La inmovilización (de 4 semanas de duración) se realiza con vendaje de yeso y el codo en 90º hasta las articulaciones metacarpofalángicas, en posición prona en las luxaciones palmares y en posición supina en las luxaciones dorsales. En este tipo de lesión, es esencial descartar fracturas diafisarias en el antebrazo (lesión de Galeazzi cuando la fractura es del radio) (Fig. 41).

miércoles, 12 de febrero de 2014

Epifisiolisis cubital inferior

Es una lesión poco frecuente observándose en un 3-5% de todas las lesiones fisarias. En su mayoría son del tipo I de Salter- Harris y generalmente van asociadas a fractura distal de radio, siendo raras las lesiones aisladas. 
El mecanismo de producción es la caída sobre la mano en rotación y pronación forzada. La clínica y la radiología son semejantes a lo descrito en la epifisiolisis radial inferior, aunque en esta lesión la radiología es más difícil de valorar al ser los desplazamientos considerablemente menores El tratamiento en la mayoría de los casos consiste en una reducción, por regla general cuidadosa cerrada y ocasionalmente una estabilización con aguja de Kirschner. 
La complicación más frecuente y grave es el cierre precoz del cartílago de crecimiento, que puede aparecer en un 55% de los casos y conducir posteriormente a una desviación cubital de la muñeca (Fig. 52). El resultado clínico es un cuadro de deformidad cubital, limitación de la pronación y pérdida de la fuerza de prensión. 
El tratamiento de las epifisiodesis puede realizarse mediante diversos métodos, siendo la elongación cubital, con o sin osteotomía correctora radial distal, el más frecuentemente indicado.

martes, 11 de febrero de 2014

Epifisiolisis radial distal - III


Es conveniente la realización de controles radiológicos cada semana y el cambio de yeso una vez que la inflamación haya disminuido. Como complicaciones de la epifisiolisis radial inferior podríamos citar: 
• Epifisiodesis, que se presenta en un 7 a 10% de los casos (Fig. 51). Esta favorecida por reducciones cruentas, diferidas y por osteosíntesis masivas a través de la fisis. El resultado, en niños jóvenes, va a ser una angulación y/o acortamiento residual. El tratamiento de esta complicación depende sobretodo de la edad del niño, pudiendo realizarse osteotomía de alargamiento radial, alargamiento radial progresivo, resección del puente óseo, acortamiento cubital, etc. 
• Lesiones nerviosas o vasculares, que son raras. 
• Redesplazamiento, muy raro si la reducción e inmovilización son adecuadas.

lunes, 10 de febrero de 2014

Epifisiolisis radial distal - II


El tratamiento quirúrgico es preciso aplicarlo únicamente cuando la reducción no es posible por interposición de partes blandas, en fracturas abiertas y/o inestables y en adolescentes con pocas expectativas de remodelación (Fig. 51). 
Las epifisiolisis tipo III y IV suelen necesitar reducciones abiertas con fijación con agujas de Kirschner para mantener la reducción. 
No son recomendables, pero pueden ser admisibles, algunos grados de deformidad en los tipos I y II pero no así en los tipos III y IV donde es necesario una reducción anatómica. 
Los desplazamientos de la fractura tras la reducción son poco frecuentes y, de aparecer, no suelen ser subsidiarios de manipulaciones debido a la capacidad de remodelación que se da en estas facturas, aunque se puede intentar en niños cercanos a la adolescencia por su menor potencial de regeneración tisular.

domingo, 9 de febrero de 2014

Epifisiolisis radial distal - I


Las epifisiolisis son uno de los tipos más frecuente de fracturas dentro de la patología traumática del niño, afectando al radio distal en un 45% y en el margen de edad comprendido entre los 7 y los 16 años, con un pico en los 12 años. Los tipos de epifisiolisis más frecuente en radio distal, son los tipos I y II de Salter- Harris. El mecanismo de producción es la caída sobre la mano extendida asociada generalmente a un movimiento de supinación o pronación. 
El resultado frecuentemente es una epifisiolisis radial con desplazamiento dorsal del fragmento distal, y ocasionalmente, con una incidencia del inferior al 5%, este desplazamiento es palmar. Esta lesión puede ir acompañada de otro tipo de lesiones como: fractura en tallo verde de cubito, fractura de estiloides cubi cubital, fractura supracondílea ipsilateral y, más raramente epifisiolisis del cubito distal. La presentación clínica consiste en: dolor, impotencia funcional y deformidad, debiendo hacer siempre un estudio exhaustivo de las funciones vásculo-nerviosas. 
El diagnóstico radiológico se basa en la realización de proyecciones antero-posteriores, laterales (la más importante) y comparativas de ambas muñecas. La reducción de estas fracturas debe ser precoz y se realiza mediante tracción y manipulación suave para no lesionar las células germinales trasladando el fragmento distal y dorsal a su posición original La inmovilización se realiza con vendaje de yeso braquio-palmar con 25º de flexión dorsal de muñeca y 15º de angulación cubital en supinación con el fin de relajar los músculos radiales durante un período de 3-4 semanas (Fig. 50).

sábado, 8 de febrero de 2014

Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - V


Dichas agujas deben ser introducidas por la estiloides radial con anclaje en la cortical contraria. Otras indicaciones de tratamiento quirúrgico incluyen: 
• Fracturas abiertas, generalmente mediante fijación con Kirschner. 
• Interposición de partes blandas (pronador cuadrado, tendones flexores) que impiden la reducción cerrada. 
• Síndrome compartimental. Este tipo de fracturas, sobretodo tras tratamiento conservador, pueden desplazarse en el interior de la inmovilización con yeso por lo que es aconsejable unos controles radiológicos cada 10-15 días así como valorar el cambio de yeso a los 15 días, una vez superada la fase de edema. La inmovilización se mantiene durante 4-6 semanas hasta que exista evidencia de consolidación radiológica. En lo referente a las posibles complicaciones de las fracturas metafisarias radiales y cubitales, destacaríamos: 
• Lesión nerviosa. Representa un 1% de las complicaciones. Afectan al nervio mediano o al cubital en forma de neuroapraxias, que recuperan normalmente de forma espontánea. 
• Lesión vascular. Aparece también en fracturas con gran desplazamiento, pudiendo dar lugar a un síndrome de Volkman, que puede hacer necesaria una fasciotomía descompresiva si la presión intracompartimental supera los 30 mm Hg.
• Refractura. Se da en el 7 y el 12% de las fracturas y está relacionado con edad avanzada y con la práctica de ejercicios violentos en los tres primeros meses post-fractura. 
• Cierre fisario prematuro. Se ha descrito tras fractura metafisaria en rodete y se ha atribuido a lesión fisaria por compresión tipo V de Salter-Harris. 
• Angulación residual. Aparece más frecuentemente en fracturas completas desplazadas, tratadas de forma ortopédica debido a la perdida de la reducción por yesos mal colocados, fracturas mal reducidas, cúbito integro o conminución de la cortical. La pérdida de la reducción aparece en el 5% de los casos cuando la corrección es anatómica, pudiendo llegar al 45% si esta no se realiza de forma completa (Fig. 48). No obstante, dependiendo sobre todo de la edad del paciente y de la severidad de la deformidad, estas uniones viciosas tienden a remodelarse por aposición-reabsorción perióstica y crecimiento fisario asimétrico (Fig. 49). 
• Limitación de la movilidad. Complicación que se asocia principalmente a fracturas cuya angulación es superior a 20º, deformidades rotacionales o fractura de ambos huesos, siendo la pronación la más afectada.

viernes, 7 de febrero de 2014

Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - IV

Fracturas completas. Son fracturas difíciles de reducir y fáciles de desplazarse sobre todo si se asocian a cúbito integro. Al igual que en el resto de fracturas se permite un cierto grado de desplazamiento en su reducción. La reducción se lleva a cabo con anestesia general o troncular y consiste en una tracción durante 10 minutos para relajar los músculos tras lo cual se aplica una compresión dorsal que produce hiperextensión del fragmento distal para volverlo a colocar en su posición anatómica con un movimiento de flexión (Fig. 47).También tenemos que reducir la desviación radial de los fragmentos produciendo una ligera desviación de sentido contrario –cubital–. 
Según los distintos autores, la reducción de la rotación puede ser en pronación, en supinación o en posición neutra, admitiéndose como norma general aquella posición que garantice mayor estabilidad a la fractura. La inmovilización debe realizarse según la mayoría de los autores, con un yeso braquiopalmar con desviación cubital en caso de cubito íntegro o neutra si es de ambos huesos, moderada flexión de muñeca y primer dedo en oposición. Sin embargo, se han publicado buenos resultados con la utilización de un yeso antebraquiopalmar solo, bien conformado. 
El tratamiento quirúrgico más frecuente consiste en la reducción cerrada y fijación con agujas de Kirschner y esta indicado en fracturas inestables, fracturas muy desplazadas, fracturas bilaterales, fracturas desplazadas secundariamente y fracturas múltiples de extremidades.

jueves, 6 de febrero de 2014

Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - III

El tratamiento varía dependiendo sobre todo del tipo y el grado de desplazamiento de la fractura. 
• Fractura en rodete. Inmovilización con férula antebraquial durante 3-4 semanas; normalmente no necesitan reducción. El pronostico es bueno. Este tipo de fractura puede, raramente, enmascarar una lesión por compresión fisaria tipo V de Salter-Harris cuyo diagnóstico es siempre «a posteriori». 
• Fractura en tallo verde. A la hora de llevar a cabo el tratamiento de estas fracturas nos planteamos las siguientes cuestiones: 
* ¿Es necesaria la reducción? La mayoría de los autores prefieren no reducir la fractura debido a la capacidad de remodelación en la infancia. Aquí también, dicha capacidad de remodelación, está relacionada con la edad y la localización de la fractura, de ahí que esté aceptado que no se reduzcan fracturas con angulaciones entre 15º y 30º en niños pequeños. En niños mayores de 14 años sin embargo es inaceptable cualquier angulación residual mayor de 15º-20º. Las deformidades en rotación no se deben aceptar, ya que no parece que se remodelen con el tiempo.Hay, por el contrario, otros autores que recomiendan la reducción anatómica siempre ya que esta acción reduce la posibilidad de posibles desplazamientos posteriores. 
* ¿Es preciso la ruptura de la cortical intacta? Algunos autores prefieren la ruptura de dicha cortical para evitar el 7% de desviaciones secundarias que se producen dentro del yeso; sin embargo, a veces no se justifica la lesión que se puede producir con este acto para evitar el desplazamiento posterior. * La corrección y posterior inmovilización de la fractura en tallo verde se realiza de forma inversa a su mecanismo lesional. Así las fracturas con vértice dorsal se inmovilizan en supinación y las fracturas con vértice palmar se reducen e inmovilizan en pronación con yeso braquio palmar de apoyo en 3 puntos. La inmovilización se mantiene durante 4-6 semanas con controles radiológicos periódicos por la posibilidad de desviaciones secundarias dentro del yeso

miércoles, 5 de febrero de 2014

Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - II

El mecanismo de producción de la lesión es la caída sobre la mano en extensión y antebrazo en angulación entre 45º y 90º. La clasificación clásica de las fracturas de metáfisis distal del radio es la siguiente (Fig. 45): • Fractura en rodete («Torus fracture»): típica de la infancia, (niños pequeños). 
No se produce apenas desplazamiento y el trazo de fractura es transverso. 
• Fractura en tallo verde: también típicas del esqueleto inmaduro del niño. Existe deformidad con vértice dorsal o palmar y, posiblemente, con componente rotacional. 
• Fractura completa: dan lugar a deformidades en dorso de tenedor con acabalgamiento y rotación de los fragmentos. 
La fractura del cúbito puede estar asociada a la del radio en forma de fractura metafisaria, epifisiolisis, en tallo verde y avulsión de estiloides cubital. Debemos comenzar con un interrogatorio exhaustivo para conocer los mecanismos de la lesión (traumatismo directo, caída sobre la mano, etc). Los síntomas que el paciente refiere son dolor e impotencia funcional en la muñeca y en la exploración física se aprecia hinchazón de la zona lesionada y deformidad variable según el tipo de fractura, siendo más manifiesta en las fracturas completas (Fig. 46). 
La palpación del foco de fractura agudiza el dolor y pone de manifiesto el acabalgamiento de los fragmentos. Es importante la valoración cuidadosa del codo y la muñeca adyacentes para descartar posibles lesiones asociadas. La exploración vasculonerviosa es crucial en casos de fracturas desplazadas. Los estudios radiológicos deben consistir en proyecciones antero-posterior y lateral del foco de fractura y de las articulaciones adyacentes, tratando de descartar sobre todo las ya mencionadas fracturas supracondílea humeral y de escafoides carpiano que no infrecuentemente se asocian con las fracturas distales del antebrazo.

martes, 4 de febrero de 2014

Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - I

Como ya se ha mencionado, el 75% de las fracturas del antebrazo se localizan en su tercio distal, siendo el radio el hueso más frecuentemente afectado. Estas fracturas pueden presentarse aisladas o asociadas a otras como son las supracondíleas de codo o escafoides. El tipo de fractura que se produce más habitualmente es en tallo verde y la asociación más frecuente es la fractura de radio completa con tallo verde de cúbito.

lunes, 3 de febrero de 2014

Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - IV

En cualquier caso, si la reducción cerrada no se consigue, puede intentarse un enclavado intramedular elástico conduciendo el fragmento distal hacia el proximal con el clavo endomedular ligeramente doblado en el extremo. En nuestra experiencia esta maniobra no siempre es fácil y con relativa frecuencia hemos tenido que abrir el foco de fractura y afrontar los fragmentos de fractura retirando, si fuera necesario, las partes blandas interpuestas. En general, en niños se puede utilizar el enclavado endomedular elástico y obtener una fácil y rápida consolidación al contrario que en los adultos donde hay una alta tasa de no-uniones con este sistema. 
En fracturas de tercio medio diafisario de ambos huesos, sobre todo en adolescentes también, se pueden utilizar dos placas DCP que aunque es un tratamiento más cruento es, si cabe, más seguro que el enclavado endomedular (Fig. 44). Podemos decir que la reducción abierta está indicada en: fracturas irreductibles, fracturas inestables sobre todo en adolescentes, fracturas asociadas a lesiones inestables de Monteggia, Galeazzi y supracondíleas así como en refracturas. En las fracturas aisladas de un solo hueso del antebrazo, la radiografía debe siempre incluir el codo y la muñeca para descartar una lesión de Monteggia o Galeazzi. La reducción cerrada es habitualmente posible (la mayoría de estas fracturas aisladas se ubican en el tercio medio del radio o cúbito) y en caso contrario se puede utilizar la reducción-fijación con enclavado endomedular o la reducción abierta y fijación con placa DCP, siempre más adecuada en niños mayores o adolescentes. Los casos de deformación plástica aislada son raros y en general requieren solo la inmovilización con yeso corto moldeado durante 3-4 semanas. Si a la deformación plástica se asocia una fractura del otro hueso en tallo verde, se debe actuar como si ambas fueran en tallo verde. Las complicaciones más frecuentes en las fracturas de antebrazo en los niños incluyen consolidación viciosa, especialmente en fracturas completas desplazadas sobre todo de tercio proximal (hasta el 16%), no-unión de uno de los dos huesos, sinostosis radio-cubital, limitación de la movilidad en prono-supinación, refracturas, lesión nerviosa (cuidado con lesión iátrica de interóseo posterior en osteosíntesis de tercio proximal del radio) y síndrome de Volkmann.

domingo, 2 de febrero de 2014

Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - III

Cuando la fractura se localiza en tercio medio, la tendencia al desplazamiento de los fragmentos es menor que en tercio proximal y, por tanto, la reducción es más fácil de conseguir y mantener. La inmovilización se debe realizar con yeso braquio-palmar en la posición de máxima estabilidad, que suele ser en prono-supinación neutra o en ligera supinación distal y codo flexionado 90º durante 4 semanas, seguida de yeso antebraquiopalmar hasta que tanto radiológica como clínicamente haya signos de consolidación (Fig. 43). Se ha preconizado también el uso de yeso braquiopalmar con codo en extensión con buenos resultados en estas fracturas. En las fracturas completas de cubito y radio en el tercio proximal hay mayor tendencia al desplazamiento y el tratamiento cerrado es más difícil aunque, como decimos, debe intentarse. 
El desplazamiento suele consistir en flexión y supinación proximal y pronación distal, por lo que la reducción y el mantenimiento se consiguen en supinación forzada si es necesario. Las fracturas de antebrazo han mostrado una alta capacidad de remodelación que, como en fracturas de otras localizaciones, depende de la edad del paciente, grado de deformidad, distancia de la fractura a la fisis y dirección de la angulación. 
Como criterio general, se considera que una angulación residual es aceptable hasta 20-30º en edades menores de 8-10 años. A esa edad también se puede tolerar un acabalgamiento, siempre que no haya impronta en la membrana interósea en cuyo caso hay riesgo de sinostosis radiocubital espontánea. En niños mayores de 12 años y niñas mayores de 10, la angulación residual máxima aceptable es de 20º y no se deben tolerar acabalgamientos a pesar de que hallazgos recientes de Price y cols. indican que incluso en esa edad es habitual ver importantes recuperaciones morfológicas y funcionales de mal-uniones severas en este tipo de fracturas.

sábado, 1 de febrero de 2014

Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - II

En cualquier caso las fracturas más frecuentes son: fractura en tallo verde de ambos huesos (o tallo verde en uno y deformación plástica en otro) en niños pequeños y fractura completa de ambos huesos también con mayor o menor desplazamiento a partir de los 6-8 años de edad (Fig. 42). Casi la mitad de las fracturas diafisarias de antebrazo son en «tallo verde». Ocurren fundamentalmente en niños menores de 8 años y presentan habitualmente una angulación con vértice volar y malrotación del fragmento distal en supinación. Por el contrario, las fracturas con angulación dorsal generalmente presentan el fragmento distal en pronación con respecto al proximal. 
El tratamiento clásico de estas fracturas consiste en, bajo anestesia general, completar la fractura mediante la rotura del cortex íntegro exagerando la deformidad angular e intentando la corrección completa seguidamente. Este método es eficaz pero presenta el peligro potencial de convertir una fractura que tiende a ser estable, en inestable. Otro método que parece ser muy eficaz se basa simplemente en, bajo sedación, reducir la malrotación que presentan estas fracturas realizando una maniobra de pronación en las que presentan malrotación en supinación y viceversa.
Este método es, aparentemente, tan eficaz como el primero pero con la ventaja de que produce menos dolor y reduce el problema de la desestabilización de la fractura al no romper el cortex intacto. Sea cual sea el método de reducción, el paciente debe llevar un vendaje enyesado braquio-palmar durante 3-4 semanas con el codo flexionado 90º y el antebrazo en prono-supinación neutra. Una vez inmovilizadas, las fracturas en tallo verde tienden a ser estables hasta la consolidación.
Las fracturas completas de ambos huesos, como ya se ha mencionado, se dan sobre todo en niños mayores de 8 años y tienden a ser inestables. Su tratamiento varía dependiendo del nivel, tipo y grado de desplazamiento. El tratamiento consiste en la reducción secuencial de la malrotación, angulación y traslación de los fragmentos y, aunque no suele ser fácil, se debe intentar conseguir por métodos conservadores en primera instancia. Esto se debe realizar bajo anestesia general y control radiológico.