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lunes, 8 de septiembre de 2014

FRACTURAS FISARIAS DEL FÉMUR DISTAL - I

Incidencia 
En 1898 Hutchinson mencionó que la causa más importante de esta lesión era debida a una fuerza rotatoria importante cuando la pierna de un niño era atrapada entre los radios de la rueda de un vagón. Por esto a esta lesión se le denominó con el término de «fractura de la rueda de vagón». En esos tiempos la incidencia de estas fracturas con desplazamiento puro anterior o posterior era muy elevada, y así como la frecuencia de lesiones neuro-vasculares que requerían la amputación de la extremidad. Sin embargo, en series publicadas más recientemente se aprecia una incidencia frecuente de este tipo de fracturas en el deporte (hasta el 42%) lo que ha cambiado también los patrones de desplazamiento clásicos. En el momento actual, estas lesiones presentan una mayor incidencia de desplazamiento medial o lateral del fragmento distal, por lo que las frecuencia de lesiones neuro-vasculares es inferior (2-3%). No obstante la incidencia de trastornos del crecimiento como consecuencia de estas fracturas sigue siendo elevada (48%). En general, podemos decir que es una lesión rara, con una incidencia se alrededor del 5% de todas las lesiones fisarias y el 1% de todas las fracturas pediátricas. Es más frecuente en el adolescente varón. Según la clasificación de Salter-Harris, los tipos I y II son los más frecuentes, los tipos III y IV son raros y el tipo V es excepcional.
Mecanismo de producción 
Esta lesión, generalmente, se produce como resultado de una fuerza angular importante con o sin componente rotacional. A menudo sucede tras una caída en la que se produce en la zona de tensión con avulsión del periostio y de la fisis. La fuerza angular que provoca tensión provoca compresión en el lado opuesto pudiendo originarse una línea de fractura a nivel metafisario. Por esto, las lesiones tipo II de Salter y Harris son las más frecuentes. El desplazamiento medial o lateral del fragmento distal se observa más frecuente en lesiones deportivas, debido a la aplicación de fuerzas valguizantes o varizantes (Fig. 5).Cuando, sin embargo, el traumatismo sufrido ha sido de alta energía (accidentes de tráfico o atropellos) se da con frecuencia una hiper-extensión que provoca desplazamiento anterior del fragmento distal. En estos casos, el desplazamiento posterior del borde cortante de la metáfisis predispone a que exista una alta incidencia de lesiones vasculo-nerviosas. El desplazamiento posterior puro es muy raro y sucede, generalmente, por un golpe directo con la rodilla flexionada. Según el desplazamiento, estas fracturas se pueden clasificar, en posterolateral, posteromedial, anterior pura y posterior pura.

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