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martes, 9 de septiembre de 2014

FRACTURAS FISARIAS DEL FÉMUR DISTAL - II

Consideraciones anatómicas La estructura de la línea fisaria distal femoral es característica. Tiene cuatro protrusiones, de epífisis a metáfisis, procesos mamilares, que estabilizan la epífisis ante fuerzas horizontales cizallantes. Sin embargo, cuando la fisis falla y se produce una fuerza horizontal cizallante, se lesionan las células germinales de estos procesos mamilares, pudiendo originar la formación de puentes óseos. Por otro lado, los ligamentos colaterales y cruzados se insertan en la epífisis lo que en cierto modo deja la fisis más vulnerable que en la tibia proximal donde los ligamentos colaterales presentan también inserciones metafisarias.  
Diagnóstico El examen clínico puede llevarnos a confusión con una lesión ligamentosa. Con frecuencia hay inflamación marcada con hemartros ya que, aunque la fisis es extraarticular, suele existir un arrancamiento capsular importante que comunica la articulación con la fractura. El desplazamiento medial o lateral puede ser muy llamativo clínicamente lo que suele acompañarse de una laxitud varo o valgo. La exploración vasculo-nerviosa de estas fracturas es de capital importancia. 
El examen clínico de las lesiones no desplazadas puede ser poco clarificador. Puede existir tumefacción medial, en la zona de la placa fisaria aunque más a menudo suele observarse inflamación en el muslo distal, por el hematoma intramuscular proveniente de la fisis. El examen radiológico de las lesiones desplazadas es obvio. En las fracturas no desplazadas (Fig. 6), sin embargo, debemos prestar mayor atención a las radiografías ya que, aunque parezcan normales, ocasionalmente pueden darnos alguna pista. En las fracturas de estrés, que no tienen hemartros, solamente se observa un ensanchamiento de la línea fisaria. En las lesiones no desplazadas tipos I y II de Salter-Harris el hemartros puede estar presente y visible en la radiografía lateral de la rodilla como un aumento de la almohadilla grasa. 
El aumento de las partes blandas profundas del muslo distal indica sangrado o edema intramuscular. Las lesiones tipo III de Salter Harris con frecuencia son no desplazadas y pueden parecer ocultas a la radiología convencional ya que la integridad de los ligamentos lateral interno y cruzado, pueden evitar el desplazamiento del cóndilo medial.

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