En el caso de fracturas inestables en dos
planos es imprescindible la reducción, y
mantenimiento. En general, se deben asociar
la compresión del anillo y la tracción
en el eje, (ya que la simple fijación externa
anterior no proporciona estabilidad suficiente).
También se puede practicar la
reducción y fijación interna, de la sínfisis
pubiana (en casos en los que se practique laparotomía, siempre que no exista contaminación
o heridas penetrantes); de la
región ilíaca mediante abordaje anterior o
posterior; o de la zona acetabular, o combinar
la fijación externa, y la osteosíntesis
interna de la región posterior. En casos de
fracturas a través del sacro, es suficiente la
fijación interilíaca posterior con bulones o
barras transilíacas. Las complicaciones de
los abordajes posteriores no son desdeñables.
Se ha recomendado la monitorización
neurológica para prevenir lesiones neurológicas
iatrogénicas. Últimamente están
ganando creciente aceptación las técnicas
de fijación percutáneas guiadas por TAC o
por intensificador de imagen en centros
muy especializados. En los graves casos de
de fracturas luxaciones complejas acetabulares
se puede intentar el tratamiento
mediante artrodiastasis.
En los casos de luxación se ha recomendado
la descarga prolongada por la posibilidad
de la necrosis avascular, aunque no está
demostrada su eficacia.
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