Las fracturas de pelvis y cadera se suelen
dar en el contexto del politraumatismo, con
lo que el tratamiento debe estar integrado
dentro de la protocolización del tratamiento
de asistencia inicial al trauma pediátrico
(AITP).
• Lesiones hemodinámicamente inestables:
en primer lugar se deben descartar
otras fuentes de sangrado, por ej,
de víscera maciza, que requerirán tratamiento
quirúrgico urgente. Se ha
señalado en algunas series la menor
tendencia a producir sangrado de las
fracturas pélvicas de los niños en
comparación con los adultos, debido,
en su opinión a una mayor contractilidad
de los vasos (por la no existencia
de arterioesclerosis), y a un periostio
más grueso, que permitiría un menor
desplazamiento de los fragmentos y
efecto de tamponamiento de la
hemorragia. Sin embargo, la importancia
del tipo de fractura pélvica con
hemorragia incoercible, que pone en
peligro la vida del niño no es desdeñable.
La estabilización provisional de
la pelvis mediante fijación externa, o
fajado en niños pequeños, como
medida de resucitación, puede disminuir
el sangrado (hasta el 60%) también
se ha recomendado la utilización
de urgencia de un clamp pélvico en
forma de C tipo Ganz. Se debe asociar
tracción en el eje en las fracturas tipo
C. Si a pesar de ello, no se consigue la
estabilización del paciente, se debe
realizar angiografía y embolización de
los vasos sangrantes. La ligadura sitemática
de la arteria hipogástrica ha
dado malos resultados y no está indicada.
El uso de los pantalones antishock
en los niños, no está indicado ni
como medida para el traslado.
• Fracturas abiertas:Tratamiento urgente
local, antibioterapia de amplio
espectro contra Gram +, Gram –, y
anaerobios, toma de cultivo previa.
Colostomía y en ocasiones cistostomía
de derivación. Profilaxis antitetánica.
En casos límite se ha descrito incluso la
hemipelvectomía como último recurso.
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