Existen dificultades para diagnosticar las
fracturas vertebrales en niños porque la
anamnesis no es fácil de obtener, los signos
de fractura son poco característicos y en
politraumatizados, muchas veces se presta
atención a otras lesiones, pasando desapercibidas
fracturas vertebrales muy importantes.
En los niños mayores es más fácil el
diagnóstico, porque nos puede llamar la
atención y precisar el área de máximo dolor
vertebral.
Un signo habitual es la presencia de una
marca cutánea transversal lineal, que representa
el punto de máxima restricción del
cinturón de seguridad, o en los casos de
atropello señales de neumáticos en el dorso
y más raramente en la cara ventral del
tórax.
En las fracturas por compresión
puede evidenciarse una gibosidad. Además,
se encontrará dolor a la presión en las apófisis
espinosas y limitación de la movilidad
vertebral. Los niños no pueden levantarse
de la posición de decúbito y si lo consiguen
se protegen con ambos brazos para aminorar
el peso doloroso en el foco de fractura.
Se ha comprobado la existencia de
lesiones intraabdominales en el 50 al 90%
de lesiones provocadas por el cinturón de
seguridad en niños, y se debe tener un alto
índice de sospecha en estos casos. También en
niños las fracturas de las apófisis transversas
torácicas o lumbares aparentemente poco
severas, en el 20% están asociadas a lesiones
abdominales severas.
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