INTRODUCCIÓN
Las fracturas patológicas en los niños,
frecuentemente, presentan problemas, tanto
para el diagnóstico como para el tratamiento.
La fractura, a menudo, presenta por ella
misma unos síntomas que van a enmascarar
la patología base, aunque en algunos casos
habrá síntomas prodrómicos, en concreto
en los miembros inferiores, como son el
dolor y la cojera. El problema, por tanto, es
reconocer, en primer lugar, que la fractura
es patológica y en segundo lugar, cuál es el
problema que subyace y que origina la
anormalidad. El tratamiento debe estar
dirigido, tanto a la curación de la fractura,
como a la condición que subyace si es
posible.
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