Algunos autores han sugerido asociar
la aspiración del hemartros para aliviar
el dolor. Aparentemente, sobre todo en
niños menores de 10 años, es probable que
el proceso de remodelación consiga restablecer
la anatomía. Si tanto la angulación
como la traslación sobrepasan esas cifras, se
debe intentar la reducción de la fractura
bajo anestesia general.
Para ello tenemos
tres posibilidades:
• Reducción cerrada.
• Reducción percutánea.
• Reducción abierta.
La manipulación cerrada para conseguir
la reducción de la fractura se realiza habitualmente
con el codo extendido forzando
el varo a la vez que el pulgar del cirujano se
aplica sobre la cabeza del radio intentando
su reposición. Esta técnica es difícil en
general pero todavía más en casos en que el
fragmento proximal se encuentre muy
impactado. La reducción percutánea es
quizá el método más empleado actualmente
y se puede intentar de dos maneras:
empujando con un objeto punzante la
cabeza radial desde la cara lateral del codo
o utilizando la técnica de Metaizeau desde el extremo distal del radio. En el primer
caso se utiliza un clavo de Steinmann introducido
hasta contactar posterolateralmente
con la cabeza radial (de esta manera se evita
dañar el nervio interóseo posterior) y
empujarla a su posición a la vez que se ejerce
una cierta tracción axial en el antebrazo.
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