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miércoles, 3 de septiembre de 2014

Fracturas extra-articulares de la rodilla - II

• Tipo III. En estas fracturas, parte del trayecto también es una separación fisaria pura pero, en un punto determinado, se produce una inflexión y cruza la fisis y la epífisis hasta llegar a la superficie articular. Están producidas por un mecanismo de cizallamiento intraarticular. 
• Tipo IV. En este tipo, la línea de fractura comienza en la superficie articular y atraviesa, casi perpendicularmente, la epífisis, la fisis y la metáfisis. Suelen ser consecuencia de fuerzas de avulsión o cizallamiento. La gravedad las fracturas tipos III y IV estriba en dos puntos: el trayecto es intraarticular y la comunicación epifiso-metafisaria que se produce hace posible la formación de puentes óseos. 
• Tipo V. Se trata de un traumatismo fisario por compresión cuya existencia es controvertida. El diagnóstico es siempre retrospectivo por la aparición de cierres fisarios prematuros. Otras clasificaciones interesantes y relativamente recientes son las de Ogden y de Peterson.

Incidencia- Patogenia 

La incidencia de las fracturas fisarias con respecto al total de las fracturas de los niños, se encuentra alredeor del 15% y el 30%. Con respecto a la edad, la mayor incidencia de fracturas fisarias se produce alrededor de la pubertad, por tanto algo antes en las niñas que en los niños. En lo referente al sexo, las lesiones fisarias son más frecuentes en niños que en niñas, lo que podría explicarse por factores ambientales y, sobre todo, hormonales. En general, el miembro superior se afecta con mucha más frecuencia que el inferior. Con respecto a la incidencia según la clasificación de Salter y Harris, Mann y Rajmaira aportan una serie de 943 fracturas fisarias y confirman que el tipo II es el más frecuente (483 casos) seguido de los tipos I (210 c.), III (143 c.) y IV (102 c.), siendo excepcional el tipo V.

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