Las proyecciones radiológicas necesarias
para un diagnóstico correcto son: una proyección
antero-posterior y otra lateral. Sólo
con estas dos proyecciones se obtienen
todas las características de la fractura: tipo
de trazo, nivel, conminución y desviaciones
axiales, tanto en el eje postero-anterior,
como lateral. La rotación de los fragmentos
puede ser sospechada por la diferencia en el
diámetro de los diferentes fragmentos o por
la posición del trocánter menor.
Convendrá proceder siempre a realizar
una radiografía de la pelvis con el objeto de
evitar que pase inadvertida la asociación de
un traumatismo de la cadera o de una fractura
pelviana.
Siempre que exista un traumatismo craneal
severo se deberá realizar un estudio
radiológico de las localizaciones sospechosas
de otras lesiones.
La periodicidad de radiografías posteriores
dependerá del sistema de tratamiento
elegido y serán necesarias para comprobar
la alineación, rotaciones y comprobar la
consolidación.
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