3.Tracción esquelética 90°-90°
Este tipo de tracción esquelética, con un
clavo a través de la parte distal del fémur,
logra conservar con facilidad la alineación
de la fractura y un buen control de los fragmentos,
dado que los músculos gemelos, de
la corva y psoas ilíaco se encuentran relajados
por la posición en 90°, tanto de la cadera,
como de la rodilla.
Otra ventaja es que el
muslo está muy accesible a la inspección
clínica, facilita la realización de radiografías
de control y la cura en los casos de fracturas
abiertas o heridas de partes blandas.
La colocación de la tracción se debe
realizar con anestesia general. Se utilizará
un clavo de Steinmann o una aguja de
Kirschner, que se introducen por encima
del tubérculo adductor, en la unión del tercio
posterior y los dos anteriores de la diáfisis
femoral, consiguiéndose, así, evitar
lesionar el cartílago de crecimiento y la
bolsa supra-rotuliana. El clavo debe introducirse
perpendicular al eje longitudinal
del fémur, por lo tanto paralelo al eje articular
de la rodilla. La ausencia de cumplimiento
de este requisito sería para algunos
autores motivo de secuelas, tales como desviaciones
axiales y dismetrías.
La posición y alineación de los fragmentos
se comprobará mediante radiografía
semanal. En ninguna circunstancia se
permitirá la diástasis de los fragmentos
óseos. En niños de 2 a 10 años de edad la
posición ideal será el acabalgamiento (ad
latum) de 0,5 a 1 cm (no debe exceder de
1,5 cm). En lactantes y adolescentes, sin
embargo, es conveniente la reducción termino-
terminal.
La tracción se mantiene durante 2-4
semanas, hasta la aparición radiológica del
callo y la desaparición de dolor a ese nivel,
momento en que se procede a la colocación
de un yeso pelvipédico en mesa ortopédica y bajo control de escopia. El muslo
debe quedar en unos 10° de abducción para
facilitar la higiene perineal.
Las complicaciones de este sistema han
sido mínimas en las series analizadas siendo
las comunes a toda tracción: la compresión
de partes blandas con riesgo de isquemia o
fibrosis, y la compresión sobre el nervio ciático
poplíteo externo. Sin embargo,
Humberger y Eyring encuentran una alta
incidencia de dolor en la rodilla, angulación
y dismetrías cuando este procedimiento se
aplica a niños con edad superior a 10 años.
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