1. Placas atornilladas
La utilización de placas y, sobre todo
placas a compresión AO es recomendada
por algunos autores, pues proporciona una
síntesis estable primaria con una gran estabilidad
anti-rotatoria que muchas veces no
es posible con los sistemas intramedulares si
se realizan sin fresado del canal y, por lo
tanto, con clavos de poco calibre. Se colocan
subperiósticas por vía póstero-externa.
La reducción suele realizarse con facilidad.
Se deben evitar los montajes muy extensos
y estos deberían ser retirados alrededor del
6º mes para evitar que el crecimiento óseo
acabe englobando a la placa.
Este método presenta una serie de desventajas:
sólo puede ser utilizado en niños
próximos a la madurez esquelética, ya que
la reducción anatómica que se realiza y el
impulso del crecimiento postfractuario,
exacerbado por la desperiostización, son
susceptibles de producir una dismetría entre
ambos miembros de varios centímetros.
Así
mismo existe riesgo de fractura por debajo
de la placa, mayor incidencia de infecciones
por la exposición quirúrgica y presencia de
una gran cicatriz en muchas ocasiones queloidea
e antiestética, punto muy negativo,
sobre todo para las jóvenes.
El tornillo-placa y clavo-placa, su uso
estaría limitado a las fracturas subtrocantéricas
o diafisarias muy proximales aunque
presenta los mismos inconvenientes que los descritos para las placas, pero su utilización
a veces es necesaria en fracturas conminutas
y con gran desplazamiento cuya reducción
y contención es difícil. (Fig. 3).
Figura 3. Varón de 12 años de difícil manejo conservador
por PCI discinésica. Fractura oblícua espiroidea en 1/3
proximal. Reducción a cielo abierto y síntesis con placa
de Richards.
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