Fallo en el diagnóstico precoz
El diagnóstico clínico y radiológico de
las lesiones fisarias ha sido discutido anteriormente
y merece la pena hacer énfasis
con el fin de prevenir o evitar un fallo diagnóstico
precoz. El fallo diagnóstico de las
lesiones de tipo 1 es difícil de evitar en los
niños que aún no tienen las epífisis calcificadas,
por ejemplo, en un recién nacido al
que se le ha provocado una fractura de la
epífisis femoral proximal sin osificar.
Al inicio,
esta lesión es difícil de diferenciarla de
una luxación congénita o traumática de la
cadera del recién nacido, a menos que se realice una artrografía. En menos de una
semana, sin embargo, puede aparecer una
neoformación ósea perióstica a lo largo del
cuello femoral que puede darnos la pista.
Otro ejemplo es el desplazamiento epifisario
del húmero distal no osificado en un
niño. El error en diagnosticar una lesión de
la placa epifisaria significa que el tratamiento
adecuado se demora. Esto puede ser
especialmente importante en las fracturas
inestables tipo 4 del cóndilo externo del
húmero, el cual sino se trata puede evolucionar
hacia la pseudoartrosis.
Un fallo en el reconocimiento de una
lesión tipo 4 en rodilla o tobillo puede ocasionar
una mala consolidación que origine
un puente óseo fisario, por tanto, un cese
prematuro del crecimiento de la placa epifisaria
afecta.
Consolidación viciosa
Cuando una lesión de los tipos 1 ó 2
han consolidado en una posición defectuosa,
puede suceder una corrección
espontánea de la deformidad si, como es
habitual, la placa epifisaria continúa creciendo,
el niño es joven y la deformidad
está en el plano de movimiento de la articulación
vecina, como sucede en una
angulación posterior o anterior del fémur
después de un desplazamiento epifisario
del fémur distal.
Si la deformidad espontáneamente no
se corrige o es difícil que lo consiga, puede
precisar una osteotomía correctora. Una
consolidación viciosa de una lesión tipo 3
en el tobillo puede conducir a una artrosis,
a menos que la incongruencia articular sea
corregida quirúrgicamente. Una mala consolidación
de una lesión tipo 4 de la tibia
distal, por ejemplo, indefectiblemente tiende
al cese prematuro del crecimiento.
Pseudoartrosis
La localización más frecuente de una
pseudoartrosis tras una lesión de la placa
epifisaria es la fractura del cóndilo externo
del húmero, una complicación que origina
complicaciones adicionales, como es la
inestabilidad lateral del codo y eventualmente
la parálisis tardía del nervio cubital.
La fractura desplazada del cóndilo externo
humeral representa una indicación absoluta
para la reducción abierta y fijación interna
para prevenir la consolidación viciosa o la
pseudoartrosis.
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