Método de reducción
La gran mayoría de las lesiones de la
placa epifisaria de los tipos 1 y 2 son reducidas
adecuadamente de forma cerrada,
manteniéndose la reducción fácilmente
(Fig. 8). Lesiones tipo 3 pueden requerir
reducción abierta para conseguir una
reducción perfecta de la superficie articular,
hecho casi siempre necesario en las lesiones
tipo 4 desplazadas (Fig.9).
Cuando la fijación
interna es considerada necesaria es
preferible colocarla a nivel metafisario que
epifisario.
Nunca se deben insertar tornillos o agujas
roscadas que crucen la placa epifisaria;
en estas situaciones pueden usarse con cierta
garantía agujas de Kirschner lisas y finas
que crucen la placa lo más perpendicular
posible, aunque se deben retirar una vez
curada la lesión. Se debe tener gran cuidado en evitar lesionar el aporte vascular a la
epífisis.
En las lesiones tipos 1 y 2 se pueden
obtener, generalmente, una reducción perfecta
de la placa epifisaria. Aunque si queda
un moderado desplazamiento residual
(anterior, posterior, medial o lateral) o una
leve angulación, una segunda manipulación
no suele ser precisa, debido a los fenómenos
de remodelación. Los criterios para una
reducción aceptable son menos rígidos en
la región de una articulación con movimiento
multiplanar, como sucede en el
hombro, que en una localización próxima a
una articulación con un solo plano de
movimiento, como sucede en la rodilla. Las
lesiones tipos 3 y 4 deben ser reducidas a la
perfección, es decir, anatómicamente (ver
más arriba).
Figura 8. Fractura tipo I de Salter y Harris de radio distal tratada mediante reducción cerrada y vendaje yesado
ajustado.
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