Aproximadamente, el 10% de los traumatismos
de la placa epifisaria cursa con
trastornos significativos del crecimiento.
Aunque no es posible en un determinado
paciente con una determinada lesión el
predecir el pronóstico con absoluta certeza,
diversos factores pueden ser de ayuda a la
hora de emitir un pronóstico.
Tipo de lesión
Tipo de lesión
El tipo anatómico de la lesión, descrito
más arriba, es importante desde el punto de
vista pronóstico. En general, los tipos 1, 2, y
3 presentan un buen pronóstico del crecimiento
y con una adecuada vascularización
de la epífisis si la lesión no ha sido de alta
energía (accidente de automóvil o caída de
una altura considerable).
Las lesiones tipo 4 conllevan generalmente
mal pronóstico, a menos que la fractura
que cruza la placa epifisaria se reduzca
perfectamente. Las lesiones tipo 5 presentan
el peor pronóstico.
Edad en el momento de la lesión
La edad del paciente nos indica las
expectativas de crecimiento durante los
años que le restan hasta la madurez esquelética.
Obviamente, los mayores trastornos del
crecimiento los observaremos en los
pacientes más jóvenes. Por otra parte, incluso
si una grave lesión sucede en los últimos
años del crecimiento, ésta no provocará
deformidad importante, ya que el crecimiento
residual es mínimo.
Aporte vascular epifisario
La placa epifisaria está nutrida por vasos
sanguíneos epifisarios; si este aporte vascular
es destruido, la placa epifisaria degenera
y el crecimiento cesa. De este modo, una
interferencia del aporte vascular epifisario
(complicaciones frecuentes de las lesiones
de las cabezas femoral y radial) está asociada
con un mal pronóstico. Afortunadamente,
en la región de la rodilla, los vasos entran a
las epífisis del fémur distal y tibia proximal
directamente por lo que un desplazamiento
epifisario, por lo general, no provoca trastornos
del aporte vascular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario