La radiología convencional es siempre el
método diagnóstico por el que debe
comenzar el estudio.Tras ello, en la mayoría
de los casos, estaremos en condiciones de
confirmar o descartar la existencia de un
puente óseo.
La localización y extensión exactas del
puente óseo fisario, no suelen ser fáciles de
determinar con exactitud por medio de
unas radiografías simples y, sin embargo, son
datos de máxima importancia para saber si
el puente es fácil de resecar o no y cual
podría ser el abordaje quirúrgico más
correcto. Para este fin la tomografía lineal, ealizando cortes de 0,5 a 1cm en proyecciones
lateral y antero-posterior, puede ser
de mucha utilidad.
El estudio de un cierre fisario prematuro
mediante gammagrafía isotópica ósea
mostrará, una vez establecido y estabilizado
el puente, una captación reducida o nula
del isótopo (Tecnecio-99) en la zona
correspondiente a dicho puente en comparación
con la zona de cartílago normal.
La Tomografía Axial Computarizada no
ha gozado, en el estudio de los puentes
óseos fisarios, de la difusión que ha tenido
en otros campos de la Medicina. Sus ventajas
en cuanto a la sencillez y seguridad en la
determinación de la localización y tamaño
del puente son claras en los cartílagos de
crecimiento planos pero, el gran inconveniente,
es su uso en el estudio de fisis
redundantes, como en el fémur distal, en
donde incluso la sola detección del puente
puede llegar a ser problemática.
Las primeras publicaciones sobre la RM
aplicada al estudio del cartílago de crecimiento
datan de unos 15 años atrás. Su gran
ventaja en el estudio de los puentes óseos
fisarios estriba en la excelente información
sobre el tamaño, forma y localización de los
puentes con vistas a su posible resección
quirúrgica (Fig.3). Incluso, utilizando sofisticados
programas informáticos se pueden
llegar a realizar reconstrucciones tridimensionales
de gran ayuda, sobre todo, en la
planificación terapéutica.
Por otro lado, las
desventajas más importantes son la lentitud
de la prueba y la consecuente necesidad de sedar a los pacientes más jóvenes así como
el coste económico de cada exploración
que sigue siendo alto.
Parece ser el método diagnóstico más
útil y en nuestra opinión desde un punto de
vista estrictamente técnico, el más recomendable
de los que actualmente disponemos
para el estudio de los puentes óseos
fisarios.
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