La columna vertebral infantil presenta características anatómicas y biomecánicas que difieren significativamente de las del adulto. Posee una gran laxitud ligamentosa, con poco desarrollo muscular y una osificación incompleta, lo que aumenta la movilidad fisiológica, distribuye las fuerzas más fácilmente y sobre un mayor número de segmentos, lo que explica la relativa resistencia a traumatismos.
En base a la maduración de la columna vertebral y a los patrones de lesión observados, podemos diferenciar dos grupos dentro de la edad pediátrica: del nacimiento a los 8 años de edad y de los 9 años a los 16 años.
Aunque esta división es arbitraria, las etapas de maduración y los patrones de lesión, generalmente, cambian entre los 8 a 9 años.
Menores de 8 años. En este grupo de edad, la movilidad de la columna vertebral es mayor en la región cervical alta, sobre todo en las tres primeras vértebras. La cabeza es relativamente grande en relación al cuerpo, exponiendo a la columna a diferentes fuerzas de inercia y situando el eje de movimiento de la columna cervical más alto, entre C2-C3, mientras que en los adolescentes y adultos se encuentra situado entre C5-C6. La unión craneovertebral es menos estable que en adultos, debido al menor tamaño de los cóndilos occipitales y a la mayor horizontalización de la articulación entre el occipital y el atlas.A nivel C1- C2, las carillas articulares son también más horizontales, resistiendo menos el desplazamiento anterior y posterior que las articulaciones de la columna cervical inferior. Por todo esto, la mayoría de las lesiones se producen en la columna cervical y casi exclusivamente en la zona alta, entre occipital y C2.
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