Por lo tanto, la cadera del niño presenta unas características particulares que la distinguen de la del adulto y que deben tenerse en cuenta en el enfoque del tratamiento de las fracturas de la extremidad proximal femoral a estas edades:
1. El niño presenta una envuelta perióstica mas fuerte que el adulto, quizás por ello la mitad de estas fracturas son sin desplazar.
2. La vascularización de la cabeza femoral es diferente.
3. La necrosis avascular suele acompañarse de epifisiodesis precoz.
4. La hiperemia que ocasiona una fractura en el niño puede producir una coxa magna e hipermetría discreta.
5. El niño tolera la inmovilización enyesada.
6. El pequeño tamaño del cuello femoral del niño no permite utilizar los métodos de síntesis que se usan para adultos.
7. Cuando surgen problemas en un niño, la sustitución protésica no es una alternativa válida.
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