Debe partir desmedicalizando el problema. La cura o la mejoría no depende de los fármacos ni de su potencia análgesica ni antiflamatoria,
sino en lograr cambios en el estilo de vida de las personas.
La actividad física es necesaria y deseable; el reposo médico y las licencias
habitualmente empeoran las cosas.
Lo fundamental del tratamiento son los ejercicios kinésicos para fortalecer
la musculatura espinal, reforzar los abdominales, elongar isquiotibiales y relajar músculos cervicodorsales (Figuras 11-35 a 11-37), así como el aprendizaje de
posturas y técnicas de trabajo y reposo correctas (Figuras 11-40 a 11-42). Estos
ejercicios deben mantenerse en el tiempo.
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