|
Figura 7-22. Anatomía de la rodilla: a) ligamento de Hum-
phry: b) ligamento de Wrisberg: o ligamento cruzado
posterior: d) ligamento cruzado anterior: e) ligamento trans-
\erso: 0
ligamento menisco lateral: g) cápsula: h) zona
\ ascular parameniscal: i) zona fibrosa: j) ligamento poplíteo;
k) ligamento lateral colateral; 11 zona cartílago avascular.
|
(Figuras 7-22 y 7-23). Pueden ser de origen traumático
o degenerativo. Las lesiones traumáticas ocurren en pacientes jóvenes, menores
de 35 años, por accidentes deportivos, pudiendo asociarse con rupturas del
ligamento cruzado anterior. En los adolescentes debe pensarse en la posibilidad
de menisco discoideo si las molestias son bilaterales. Si hay aumento de volumen
en interlínea lateral, puede corresponder a quiste meniseal originado en una rotura
de su tercio medio.
Las lesiones
degenerativas aparecen en los adultos o adultos mayores y se relacionan con la afección degenerativa articular de las rodillas. Las rupturas
van ocurriendo de forma progresiva.
Diagnóstico.
Disfunción dolorosa de rodilla en relación con un evento traumático (rotación con pie fijo en el suelo) o sin causa aparente si se trata de personas mayores.
La presentación
clínica puede adoptar dos formas:
- Dolor agudo con bloqueo de la flexo-extensión
que puede ser irreductible o bien ceder luego de algunas horas, recuperándose la función articular hasta
que ocurra un nuevo episodio.
- Sinovitis sintomática recurrente, con sensación
de craqueo interno o resalte articular en el arco del movimiento. El derrame se relaciona con mayor actividad física y desaparece con el reposo y tratamiento.
El menisco medial
se lesiona con mayor frecuencia, debido a su firme fijación con el ligamento colateral que le impide escapar del pinzamiento traumático. Si la violencia es mayor el ligamento se rompe junto con el
menisco; si además se compromete el cruzado anterior se denomina tríada
"maldita" por su pronóstico de recuperación reservado (Figura 7-24).
En el examen y
dependiendo del momento de la evolución se podrá encontrar marcha claudicante por imposibilidad de extensión completa, derrame articular, dolor marcado en los rangos extremos (extensión y flexión ), dolor a la compresión del lado sintomático y al palpar interlínea. Imposibilidad de encuclillarse.
Plano óseo y ligamentoso indoloros.
En el estudio
radiológico no se observa lesión ósea ni cuerpos libres intraarticulares.
El diagnóstico
diferencial debe plantearse:
- Con lesiones cápsulo 1 igamentosas
antero-mediales. En general éstas presentan un derrame articular casi inmediato (en ruptura del menisco se produce luego de 24 o más horas). La punción articular da hemartrosis y el signo del bostezo o cajón es positivo.