Estas lesiones se producen a través de un
mecanismo de hiperextensión, hiperflexión
o hiperrotación. Suelen asociarse a fracturas
de odontoides (Figs. 5 a 8). La subluxación
o luxación grave implica un ruptura del
ligamento transverso, aunque en niños
pequeños se produce una separación a nivel
de la sincondrosis de la odontoides (se
fusiona habitualmente a los 6 años).
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El cuadro clínico
se caracteriza por dolor y tortícolis
estando limitada la extensión pasiva de la
región cervical.
El tratamiento consiste en la reducción
en extensión y traslación posterior seguido
de inmovilización con yeso de Minerva o
«halo-jacket», dependiendo de la edad del
paciente. La duración del tratamiento varía
entre 8 y 12 semanas. En el niño menor de
4 años se han descrito falta de unión entre la odontoides y el cuerpo de C2. Ello se
debe a que el aporte vascular de la odontoides,
que normalmente llega por el extremo
superior no puede ser suplido por la
circulación vascular de la base, debido a la
persistencia del cartílago entre el cuerpo
vertebral de C2. Se crea un verdadero os
odontoideo adquirido que en niños mayores
puede requerir un tratamiento quirúrgico
(tornillo).
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