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jueves, 13 de marzo de 2014

DIAGNÓSTICO CLÍNICO

Una lesión cervical debe sospecharse en un niño inconsciente después de un traumatismo, ante la presencia de dolor, rigidez cervical o tortícolis o bien cuando el paciente refiera una pérdida de fuerza o alteración de la sensibilidad en las extremidades, aunque hayan sido pasajeras. 
La exploración clínica es fundamental. La presencia de «clonus» en un niño comatoso, heridas en la cara o en el cuero cabelludo o la historia de un paro cardiorrespiratorio son sugestivas de una lesión medular cervical. La exploración en un niño consciente, pero de corta edad puede ser compleja. La presencia de un reflejo de retirada ante un estímulo puede ser confundido con un movimiento voluntario de las extremidades. En niños más colaboradores, la disminución o ausencia de movilidad voluntaria en las extremidades o alteraciones de la sensibilidad son patognomónicos de una lesión medular cervical. Es importante investigar las alteraciones neurológicas transitorias en un niño con una exploración neurológica normal. Estos pacientes pueden presentar una inestabilidad cervical grave sin alteraciones radiográficas que puede desencadenar una lesión neurológica catastrófica (Spinal Cord Injury Without Radiological Abnormalities o SCIWORA).

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