Buscar

viernes, 7 de diciembre de 2012

LESIONES DE LA CADERA - II

Su mal pronóstico se deriva de la circulación termina! de la epífisis femoral, que se interrumpe por el desplazamiento de los cabos fractúranos, por lo cual más de la mitad de los casos presenta necrosis avascular y/o falta de consolidación (Figura 7-39). 
Diagnóstico. Sospecha sistemática en todo anciano que presente dolor e impotencia funcional, aun cuando aparentemente no se haya caído. En las fracturas impactadas puede haber sólo dolor inguinal, con deam- bulación conservada. La extremidad se observa con discreta rotación externa y muy dolorosa al movilizar. El estudio radiológico contempla placa de pelvis anteroposterior y la cadera lesionada en dos planos. Clasificación. Está basada en la localización de la fractura, la orientación de los rasgos y la separación de los cabos de fractura (Figuras 7-40, 7-41, 7-42). 
Tratamiento. Es quirúrgico en todos los pacientes. El momento de la inter- vención y la técnica a emplear dependen de la edad paciente, desplazamiento de la fractura y existencia de lesiones previas de la cadera (artritis reumatoidea y muy rara vez artrosis). Los ancianos postrados previos, por grave compromiso psicoorgánico no deben operarse. Los aún activos, independiente de la edad, deben intervenirse en las horas siguientes para evitar las complicaciones y deterioro del reposo en cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario