Afecta preferentemente a la columna dorsal y lumbar.
Siempre es secundaria a otro foco tuberculoso, generalmente pulmonar.
Patogenia. El bacilo llega al hueso o a la articulación por vía hematógena,
colonizando la placa vertebral. En la mayoría de los casos se forma un absceso
frío que siguiendo los planos fasciales se vacía al exterior.
Cuadro clínico. Se presenta en pacientes de cualquier edad, con frecuencia
desnutridos y/o inmunodeprimidos.
Comienzan con dolor insidioso de actividad, rigidez precoz por espasmo
muscular reflejo y progresión lenta pero constante del dolor vertebral.
Imagenología. En las radiografías se observa pinzamiento de un espacio
vertebral y luego imágenes erosivas de los platillos vertebrales y aplastamiento
con cifosis angular.
En la mano suele provocar una periostitis con neoformación ósea, conoci-
da como espina ventosa.
La cintigrafía ósea es fundamental para estudiar la existencia de foco
hipercaptante y la eventualidad de otro nivel lesiona!, lo que no es infrecuente.
Laboratorio. En el hemograma puede observarse una anemia y linfocitosis
relativa. La eritrosedimentación es alta, de valores variables según el estado de
la enfermedad. El PPD de dos unidades suele ser hiperérgico.
Las baciloscopías, tinción de Ziehl Nielsen, y estudios histopatológicos
confirman el diagnóstico.
Tratamiento. Con los esquemas abreviados actuales, la quimioterapia es
altamente eficaz, en especial luego del advenimiento de la rifampicina, que es
una droga bacteriolítica.
En los casos no tratados el compromiso vertebral lleva a la cifosis por
derrumbamiento de una o más vértebras y riesgo de paraplejia (Figura 15-4).
Cuando esta ocurre se denomina mal de Pott.
No hay comentarios:
Publicar un comentario