Las fracturas del cúbito proximal en
general y, en particular las de olécranon son
muy raras en los niños (1-2% del total de
fracturas del codo).
El diagnóstico puede no ser fácil ya que,
anatómicamente, el centro secundario de
osificación aparece tarde (8-10 años) y de
manera irregular.
Por tanto, los hallazgos clínicos (dolor,
imposibilidad de extender el codo) son los
más orientativos en la sospecha de estas
fracturas. Radiológicamente la lesión es
obvia si la osificación del olécranon está
avanzada (a partir de 9-10 años) y sobre
todo si hay un desplazamiento más o menos
importante.
En edades más tempranas hay
que tener cuidado de no confundir un centro
secundario de osificación todavía
pequeño con un fragmento fracturado
metafisario y, de la misma manera, no debemos
confundir un fragmento metafisario
con el centro de osificación. Hay que tener
en cuenta que las fracturas de olécranon
pueden presentarse aisladas pero no infrecuentemente
están asociadas a fracturas de la
cabeza o cuello del radio proximal o forman
parte de una lesión de Monteggia. Otra
característica de las fracturas de olécranon,
sobre todo en los niños pequeños, es el escaso desplazamiento que con frecuencia
presentan.
El tratamiento se basa precisamente en
el desplazamiento y consiste en inmovilización
con vendaje enyesado durante 4-6
semanas en posición neutra (no forzar la
flexión) si el desplazamiento es nulo o no
excede de los 4-5 mm (Fig. 30). En los
casos de desplazamiento significativo
(mayor de los 4-5 mm.) es recomendable la
reducción abierta y fijación con sistema de
tirante (obenque) de modo similar a como
se realiza habitualmente con los adultos.
Ocasionalmente, el tamaño y desplazamiento
del fragmento traccionado por el
triceps puede requerir el empleo de tornillos
aislados (Fig. 31). En casos de adolescentes
en que la fractura se extienda más
distal del olécranon propiamente dicho, se
pueden utilizar placas de osteosíntesis para
obtener una mejor fijación (Fig. 32).
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