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domingo, 5 de enero de 2014

Fractura supracondílea - VIII

Afortunadamente los profesionales y Centros actuales están, en general, entrenados y dotados suficientemente lo que hace que este tipo de complicaciones se den ya de una manera excepcional en nuestro medio.Wilkins, a este respecto, realiza una serie de recomendaciones que son de gran ayuda. En primer lugar debemos saber que la presencia de pulso distal puede inducir a error ya que un Síndrome de Volkman puede estar instaurándose o ya instaurado con un pulso distal presente. Los signos de alarma cruciales ante un síndrome compartimental son: 
• Dolor desproporcionado, especialmente si permanece tras la reducción. El dolor aumenta al extender pasivamente los dedos. 
• Imposibilidad de movilización activa de los dedos. 
• Patrón de onda Doppler ausente. 
• El pulsioxímetro puede ayudar pero también confundir. 

El cubito varo tras una fractura supracondílea puede producirse de tres maneras principalmente: 

• Fractura aparentemente sin desplazamiento en que pasa desapercibido un colapso medial y que consolida en esa posición. 
• Desplazamiento tras una buena reducción que pasa inadvertido. 
• Lesión fisaria que, aunque es rara, suele estar casi siempre en relación con la fijación con las agujas de Kirschner. 
Obviamente en los primeros dos casos el remedio está en la vigilancia y detección del desplazamiento antes de la consolidación. En el último caso la prevención es difícil incluso usando agujas finas y no roscadas. El tratamiento a medio-largo plazo, en caso de no tolerarse la deformidad consiste en realizar una osteotomía supracondílea correctora que se puede fijar con pequeñas placas osteosíntesis (preferible) o con agujas de Kirschner.

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