El cóndilo lateral, al presentar inserciones
tendinosas y ligamentosas tiende a desplazarse
cuando está fracturado, por ello
mantener la reducción no es fácil. Las fracturas
sin desplazar o mínimamente desplazadas
son las únicas en que puede aceptarse
un tratamiento conservador mediante yeso
durante 4 semanas con codo en ángulo
recto y antebrazo supinado (Fig. 23). No
obstante debido a la tendencia mencionada
al desplazamiento es necesario hacer revisiones
radiológicas de la fractura cada 5-7
días y modificar el tratamiento si fuera
necesario. Lógicamente si se aprecia desplazamiento
significativo, el tratamiento es
reducción (generalmente abierta) y fijación
segura con agujas de Kirschner. Según
Beaty, el riesgo de desplazamiento tardío y
consiguiente no-unión es del 10% en las
fracturas tipo I.
En las fracturas desplazadas (tipos III y,
sobre todo, IV) hay un consenso general en
que es necesaria una reducción, con frecuencia
abierta, y fijación interna habitualmente
con agujas de Kirschner, que deben
quedar subcutáneas (Fig. 24). Durante la
reducción abierta debe evitarse la disección
de la cara posterior del fragmento para no
interrumpir su aporte vascular. Según la
impresión de estabilidad que dé, puede ser
necesario añadir una férula de yeso. Las
fracturas tipo III sobre todo pueden ser
reducidas de manera cerrada y fijadas con
agujas percutáneas con buenos resultados.
Figura 24. Fractura desplazada y rotada (Tipo IV) del
cóndilo lateral en un niño de 8 años (a). El tratamiento
consistió en la reducción abierta y fijación con dos agujas
de Kirschner. La consolidación es evidente a los dos
meses del postoperatorio (b).
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