El tratamiento ideal sería el que permitiera
un control de la reducción de la fractura,
conservando la longitud del miembro,
que fuera confortable para el niño, sin
exposición radiológica excesiva, con el
menor impacto psicológico negativo posible,
que no requiera anestesia y que, además,
permita con facilidad los cuidados de
enfermería y de la familia.
No existe un tratamiento sistemático
para las fracturas diafisarias. Dependerá de
una serie de factores, como pueden ser: la
edad, peso, lesiones de partes blandas, tipo y
localización de la fractura, traumatismo cráneo-
encefálico, traumatismo torácico o
abdominal u otras fracturas de la misma
extremidad o de la opuesta.
También
dependerá de la experiencia del cirujano.Al
mismo tiempo es importante el conocimiento
de la situación psicosocial de la
familia.
El tratamiento lo podríamos dividirlo
en dos grandes grupos:
A. Tratamiento incruento
La aplicación de tracciones para el tratamiento
de fracturas fue descrito por Guy
de Chauliac en el tomo quinto de su
Chirurgia Magna (1363), pero donde se
popularizó fue en la Guerra de Secesión
americana por Buck (1861), por lo que en
la literatura americana se le conoce como
método de Buck.
Se han descrito infinidad de procedimientos
dependiendo de la aplicación de la
tracción (cutánea u ósea) y dirección de la
misma (horizontal, vertical u oblicua). Se
puede emplear como medida temporal
durante el traslado del enfermo, durante un
período corto de tiempo previo al tratamiento
elegido o como tratamiento definitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario