C. Fracturas abiertas de fémur
El manejo de una fractura abierta del
fémur en el niño, no debe ser diferente al
de los adultos. Se debe realizar una evaluación
completa de las lesiones del niño que
puedan comprometer su vida y un detallado
estudio de la situación neurovascular de
la extremidad.
A continuación se procede al desbridamiento
meticuloso de la herida, eliminando
todo material extraño mediante irrigación
copiosa con suero y retirada de todos los
tejidos lesionados no viables. Se debe, así
mismo, administrar antibióticos apropiados
y protección antitetánica.
La estabilización de la fractura se realiza
mediante tracción esquelética 90-90° con
lo que se favorece el drenaje espontáneo de
la herida también se puede utilizar la modificada
de Bryant y la fijación externa, incluso
en niños jóvenes. No existe justificación
para la fijación interna inmediata en fracturas
abiertas ya que existe un mayor riesgo
de infección.
En el curso del tratamiento de la fractura
se realizarán los cultivos que se consideren
necesarios y, si es necesario, se desbridará
la herida en repetidas ocasiones para
mantener un tejido sano que permita la
cicatrización libre de contaminación bacteriana.
En algunos pacientes habrá que realizar
una cobertura mediante injertos
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