2o El
estado vascular y del tegumento externo es el elemento fundamental para la toma de decisiones terapéuticas en una fractura; por ello se debe adoptar
la siguiente conducta:
- Comprobar pulsos distales de ambas extremidades
- Inspeccionar la circunferencia completa de la
extremidad, buscando solución de continuidad en la piel. Verificar
inestabilidad articular mediante maniobra de bostezo suave.
- Inmovilizar provisoriamente manteniendo el
segmento en posición neutral.
- Reducir deformidades groseras de inmediato, en
especial si hay alteraciones del pulso distal.
3o La
clave del diagnóstico exacto es la correlacción entre mecanismo traumático. Examen
físico y hallazgos radiográficos. Estas radiografías son responsabilidad del
médico que recibe al paciente en la unidad de emergencia, no de la persona que toma las placas.
4o Toda
fractura expuesta debe tratarse en forma enérgica, evitando su manipulación en el box de examen. Se debe proceder de la siguiente forma:
- Instalar dos vías venosas de calibre 14 o 16,
tomando muestra para clasificación, alcoholemia y exámenes y administrando volumen rápido y antibióticos en altas dosis (aminoglucósido o cefalosporinas asociado a penicilina, si hay contaminación y/o dislaceración graves).
- Descartar otras lesiones de mayor prioridad,
intratorácicas o intraabdominales.
- Efectuar aseo quirúrgico riguroso en pabellón
mayor: eliminación de cuerpos extraños y todo tejido desvitalizado, irrigación
profusa, dejar herida de exposición ampl iamente abierta.
- Inmovilizar la extremidad.
- Revisar aseo quirúrgico a las 48 h para
verificar vitalidad de los tejidos y decidir sutura diferida o cierre secundario mediante injertos o colgajos.
5° La conducta
óptima frente a cada lesión ostearticular debe tomarse considerando:
- Lesiones asociadas y su prioridad.
- Experiencia del cirujano de urgencia.
- Equipamiento, instrumental e infracstmctura de
quirófanos.