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lunes, 28 de mayo de 2012

Espíritu de perfeccionamiento continúo de sus habilidades y destrezas:

Seguir rutinas ordenadoras. Las rutinas ordenadoras, tanto en las etapas del diagnóstico como del tratamiento, controles y seguimiento, permiten disminuir eventuales omisiones que nos lleven a cometer un error. Además permiten obtener una importante economía de tiempo en el proceso del diagnóstico clínico. Entre las principales rutinas está el seguir la secuencia: historia detallada y examen físico meticuloso, antecediendo a la lectura de las imágenes. Invertir la secuencia es la principal fuente de errores diagnósticos. Dar la debida importancia a la clínica. Habilidad esencial en un buen cirujano es -en primer lugar- ser buen clínico. Sus indicaciones terapéuticas, ortopédicas o quirúrgicas, deberá formularlas luego de una historia clínica y examen físico exhaustivo, que le permitan ponderar en su justa dimensión los factores de organicidad, psicógenos y sociolaborales del paciente. Dominar la anatomía funcional. El dominio de la anatomía funcional de los sistemas músculo esquelético y nervioso periférico, es esencial para la correcta formulación diagnóstica y para efectuar abordajes quirúrgicos seguros, limpios y atraumáticos. Planificar su cirugía. Con detalles de la anatomía radiológica, técnica quirúrgica a emplear, implantes osteoarticulares más adecuados, instrumentación y equipamiento disponibles.
Establecer una técnica quirúrgica segura. Es responsabilidad del cirujano verificar ordenadamente cada una de las etapas pre, intra y posquirúrgica inmediata de la intervención:
- Colocación correcta en la mesa operatoria.
- Preparación cuidadosa de la zona a intervenir Isquemia con manguito neumático o por infiltración local con epinefrina.
- Disección preferentemente cortante (bisturí-tijeras).
- Exposición anatómica amplia, no infundibuliforme.
- Hemostasia cuidadosa por electrocoagulación.

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