Pacientes rebeldes: son difíciles, poco colaboradores, se esfuerzan por
mantener su individualidad y autonomía.
Pacientes sumisos: son quejumbrosos, demandantes de atención permanente; se angustian frente al alta.
Pacientes insatisfechos: son suspicaces frente a las indicaciones y atención
que reciben.
Pacientes hiperactivos: sobrepasan con mucho las indicaciones para su
recuperación.
Pacientes pasivos: son introvertidos y estoicos, poco demandantes, aparentemente desinteresados.
Pacientes histríónicos: buscan ser el centro de atracción y demandan cuidados permanentes.
La adaptación gradual a los cambios sufridos y su capacidad funcional
residual, dependen del grado de aceptación o rechazo que perciben en su medio
familiar, laboral y social, y secundariamente del apoyo multidisciplinario del
equipo de salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario