Concepto básico. Los traumatismos de las extremidades pocas veces repre-
sentan por sí mismos un riesgo vital, pero complican frecuentemente el manejo
primario, tienen la potencialidad de comprometer la vitalidad del segmento y/o
dejar secuelas invalidantes definitivas. Estos riesgos disminuyen si hay una co-
rrecta evaluación inicial y un manejo terapéutico adecuado. Por ello la primera
atención es crucial y muchas veces sella de forma definitiva el pronóstico funcio-
nal.
Tratamiento
Primera atención
El personal de rescate deberá corregir groseras alteraciones de ejes e inmo-
vilizar con férulas de tipo universal (inflables u otras). Toda herida será cubierta
con apositos estériles; si no los hay, deben usarse los elementos más limpios que
se encuentren disponibles.
Atención en unidad de emergencia
Evaluación inicial rápida (ABC) y resucitación enérgica simultánea
Cohibir hemorragias externas con apositos y compresión local. Inmovilizar
provisoriamente la (las) extremidad (es).
Obtenida la estabilización hemodinámica que asegure una perfusión tisular
adecuada, se procede a evaluar multidiseiplinariamente las distintas lesiones y
establecer la secuencia de prioridades terapéuticas.
Evaluación del trauma músculo-esquelético.
Debe considerar 4 aspectos básicos:
Magnitud de energía traumática absorbida.
- Sospecha de lesiones de riesgo vital.
- Sospecha de lesiones de riesgo de extremidad.
- Sospecha de lesiones de riesgo funcional.
Energía traumática involucrada. A mayor energía absorbida mayor daño
tisular. tanto óseo (que es lo más evidente por las radiografías) como de los tejidos
circundantes: músculos y tegumento externo y especialmente vasos arteriales y
venosos principales. Por ello se recomienda clasificar en lesiones de baja energía,
alta energía y muy alta energía.
Sospecha de lesiones de riesgo vital. Debe tenerse presente en mecanismos
que provocan dislaceraciones graves como aplastamientos o atriciones, amputa-
ciones de extremidad y fracturas expuestas grado III. Caen también en esta
categoría la fractura bilateral de fémur y los multifracturados periféricos que se
asocian a luxofractura de pelvis.
En este grupo se incluyen las lesiones vasculares de tronco arterial próxima!:
subclavia, humeral y femoral.
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