Las Fracturas de la mano en los Niños ocupan El Lugar Segundo, en Cuanto a la frecuencia, despues de las Fracturas del Extremo distal del radio. Constituyen Una Problemática Algoritmo Distinta a La Que Presentan el los Adultos, debido a las diferencias anatómicas Unas Claras, Dentro las Que Cabe destacar la Presencia de Abundante cartílago en las epífisis y, fundamentalmente, la Presencia de la placa fisaria o cartílago de Crecimiento, Que permite la Presentación de la ONU pisos especial de fractura, Exclusiva de los Niños. Pecado ante la ONU estafa Niño traumatismo en la mano es Importante Una correcta viene Viene Exploración clínica, ya Que Una Localización previa de la Posible Lesión nos facilitará el Diagnóstico radiográfico de la Misma. Sin embargo, en los Niños la Exploración Puede Ser Difícil, PORQUE Suelen colaborar Poco y de Aquí QUE SEA fundamental clínica La Historia: ¿Cómo Sé ha Producido el traumatismo, ¿QUÉ estába Haciendo? La Exploración radiográfica Es Un complemento de la Exploración clínica, Pero heno Que estafa CONTAR Que El Niño Florerias presentar Lesiones osteoarticulares de Difícil Visualizacion radiográfica dada la CANTIDAD de cartílago Que Presentación. Una Proyección de Perfil Correcta es fundamental, Especialmente para Descartar Una fractura del cuello de la falange, podria Que Pasar desapercibida.
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viernes, 28 de febrero de 2014
jueves, 27 de febrero de 2014
BIBLIOGRAFÍA - Fracturas del carpo
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miércoles, 26 de febrero de 2014
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martes, 25 de febrero de 2014
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lunes, 24 de febrero de 2014
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domingo, 23 de febrero de 2014
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sábado, 22 de febrero de 2014
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viernes, 21 de febrero de 2014
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jueves, 20 de febrero de 2014
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miércoles, 19 de febrero de 2014
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martes, 18 de febrero de 2014
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lunes, 17 de febrero de 2014
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domingo, 16 de febrero de 2014
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sábado, 15 de febrero de 2014
Fracturas del carpo - II
El tratamiento es siempre conservador
mediante férula de yeso en las lesiones con
avulsión durante 3 semanas o con vendaje
completo durante 6 a 10 semanas en las
fracturas completas (Fig. 54). La inmovilización
debe incluir el primer dedo con ligera
flexión de muñeca. Sin embargo, la necesidad
de inmovilización del codo está sujeta
a controversia.
La complicación más frecuente, aunque
rara, de la fractura de escafoides en niños es
la pseudoartrosis, favorecida por retrasos en
el diagnostico y aplicación de tratamientos
inadecuados.
Su tratamiento consiste en primer lugar
en una actitud de espera ante cualquier
retardo en la consolidación prolongando la
inmovilización y, si ésta no se produce
deben valorarse distintos métodos quirúrgicos,
de los que los más frecuentes son la
aplicación de autoinjertos corticoesponjosos
iliacos pudiendo asociarse o no fijación
interna, con agujas de Kirschner o tornillos
tipo Herbert (Fig. 55).
La necrosis del escafoides,
es excepcional y se localiza habitualmente
en el polo proximal.
La fractura de resto de huesos del carpo
es muy poco frecuente y suele producirse
por mecanismo directo.
La clínica es semejante a la del escafoides
variando lógicamente la localización. El
tratamiento de entrada es conservador
mediante inmovilización con yeso antebraquial,
dejando el tratamiento quirúrgico
para las posibles complicaciones.
viernes, 14 de febrero de 2014
Fracturas del carpo - I
Las fracturas del carpo son excepcionales
en los niños
Fractura de escafoides
Es la más habitual del carpo (87%), aparece
en adolescentes y excepcionalmente
en niños menores de 10 años, debido a la
gruesa capa de cartílago que rodea y protege
el núcleo de osificación en esas edades
tempranas
El mecanismo de producción es la caída
sobre la mano en extensión y ocasionalmente
el traumatismo directo. Las fracturas
de escafoides pueden afectar: al polo proximal
(en escasas ocasiones), al tercio medio
(25%) y al tercio distal, siendo éstas las más
frecuentes en niños (75%). Concretamente las avulsiones del polo distal son las más
habituales en los niños.
La clínica de estas fracturas es poco llamativa,
con dolor en la región de la tabaquera
anatómica que va cediendo con los
días, por lo que el niño con frecuencia
comienza de nuevo a realizar su actividad
normal; por este motivo el diagnóstico clínico
deba ser inmediato, para que estas fracturas
no pasen desapercibidas. Podemos
observar también tumefacción de la zona
con impotencia funcional para la movilización
del carpo.
Ante un diagnóstico de fractura distal de
radio debemos de descartar una fractura de
escafoides, ya que esta asociación es relativamente
frecuente.
El estudio radiológico (Fig. 53) debe
incluir proyecciones antero-posterior, lateral,
oblicuas, y en pronación máxima (muy
importante en las avulsiones), así como una
placa comparativa de ambos carpos. Las
radiografías pueden ser poco demostrativas en fases iniciales de la lesión, por ello es
necesario repetirlas al cabo de 10-15 días e
incluso, si fuera necesario, realizar un TAC
para llegar al diagnostico certero de fractura.
jueves, 13 de febrero de 2014
Luxación de la articulación radiocubital distal
Son lesiones generalmente asociadas a
otras lesiones de muñeca o antebrazo y de
excepcional presentación.
El mecanismo lesional es un movimiento
brusco de supinación con rotura del ligamento
triangular y el ligamento radiocubital
palmar o pronación forzada con
rotura del ligamento triangular y radiocubital
dorsal, con la subsiguiente luxación
del cúbito hacia palmar o dorsal respectivamente.
El tratamiento consiste en la reducción
de la luxación con tracción y movimiento
rotacional contrario al que produjo la
lesión.
La inmovilización (de 4 semanas de
duración) se realiza con vendaje de yeso y
el codo en 90º hasta las articulaciones
metacarpofalángicas, en posición prona en
las luxaciones palmares y en posición supina
en las luxaciones dorsales.
En este tipo de lesión, es esencial descartar
fracturas diafisarias en el antebrazo
(lesión de Galeazzi cuando la fractura es del
radio) (Fig. 41).
miércoles, 12 de febrero de 2014
Epifisiolisis cubital inferior
Es una lesión poco frecuente observándose
en un 3-5% de todas las lesiones fisarias.
En su mayoría son del tipo I de Salter-
Harris y generalmente van asociadas a fractura
distal de radio, siendo raras las lesiones
aisladas.
El mecanismo de producción es la caída
sobre la mano en rotación y pronación forzada.
La clínica y la radiología son semejantes
a lo descrito en la epifisiolisis radial inferior,
aunque en esta lesión la radiología es más difícil de valorar al ser los desplazamientos
considerablemente menores
El tratamiento en la mayoría de los casos
consiste en una reducción, por regla general
cuidadosa cerrada y ocasionalmente una
estabilización con aguja de Kirschner.
La
complicación más frecuente y grave es el
cierre precoz del cartílago de crecimiento,
que puede aparecer en un 55% de los casos
y conducir posteriormente a una desviación
cubital de la muñeca (Fig. 52). El
resultado clínico es un cuadro de deformidad
cubital, limitación de la pronación y
pérdida de la fuerza de prensión.
El tratamiento de las epifisiodesis puede
realizarse mediante diversos métodos, siendo
la elongación cubital, con o sin osteotomía
correctora radial distal, el más frecuentemente
indicado.
martes, 11 de febrero de 2014
Epifisiolisis radial distal - III
Es conveniente la realización de controles
radiológicos cada semana y el cambio de
yeso una vez que la inflamación haya disminuido.
Como complicaciones de la epifisiolisis
radial inferior podríamos citar:
• Epifisiodesis, que se presenta en un 7 a
10% de los casos (Fig. 51). Esta favorecida
por reducciones cruentas, diferidas
y por osteosíntesis masivas a través de la
fisis. El resultado, en niños jóvenes, va a
ser una angulación y/o acortamiento
residual. El tratamiento de esta complicación
depende sobretodo de la edad
del niño, pudiendo realizarse osteotomía
de alargamiento radial, alargamiento
radial progresivo, resección del
puente óseo, acortamiento cubital, etc.
• Lesiones nerviosas o vasculares, que son
raras.
• Redesplazamiento, muy raro si la
reducción e inmovilización son adecuadas.
lunes, 10 de febrero de 2014
Epifisiolisis radial distal - II
El tratamiento quirúrgico es preciso
aplicarlo únicamente cuando la reducción
no es posible por interposición de partes blandas, en fracturas abiertas y/o inestables
y en adolescentes con pocas expectativas de
remodelación (Fig. 51).
Las epifisiolisis tipo III y IV suelen
necesitar reducciones abiertas con fijación
con agujas de Kirschner para mantener la
reducción.
No son recomendables, pero pueden ser
admisibles, algunos grados de deformidad
en los tipos I y II pero no así en los tipos III
y IV donde es necesario una reducción
anatómica.
Los desplazamientos de la fractura tras la
reducción son poco frecuentes y, de aparecer,
no suelen ser subsidiarios de manipulaciones
debido a la capacidad de remodelación
que se da en estas facturas, aunque se
puede intentar en niños cercanos a la adolescencia
por su menor potencial de regeneración
tisular.
domingo, 9 de febrero de 2014
Epifisiolisis radial distal - I
Las epifisiolisis son uno de los tipos más
frecuente de fracturas dentro de la patología
traumática del niño, afectando al radio
distal en un 45% y en el margen de edad
comprendido entre los 7 y los 16 años, con
un pico en los 12 años.
Los tipos de epifisiolisis más frecuente
en radio distal, son los tipos I y II de Salter-
Harris.
El mecanismo de producción es la caída
sobre la mano extendida asociada generalmente
a un movimiento de supinación o
pronación.
El resultado frecuentemente es
una epifisiolisis radial con desplazamiento
dorsal del fragmento distal, y ocasionalmente,
con una incidencia del inferior al
5%, este desplazamiento es palmar.
Esta lesión puede ir acompañada de otro
tipo de lesiones como: fractura en tallo
verde de cubito, fractura de estiloides cubi cubital,
fractura supracondílea ipsilateral y, más
raramente epifisiolisis del cubito distal.
La presentación clínica consiste en:
dolor, impotencia funcional y deformidad,
debiendo hacer siempre un estudio exhaustivo
de las funciones vásculo-nerviosas.
El diagnóstico radiológico se basa en la
realización de proyecciones antero-posteriores,
laterales (la más importante) y comparativas
de ambas muñecas.
La reducción de estas fracturas debe ser
precoz y se realiza mediante tracción y
manipulación suave para no lesionar las
células germinales trasladando el fragmento
distal y dorsal a su posición original
La inmovilización se realiza con vendaje
de yeso braquio-palmar con 25º de flexión
dorsal de muñeca y 15º de angulación
cubital en supinación con el fin de relajar
los músculos radiales durante un período de
3-4 semanas (Fig. 50).
sábado, 8 de febrero de 2014
Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - V
Dichas agujas deben ser introducidas
por la estiloides radial con anclaje en la cortical
contraria.
Otras indicaciones de tratamiento quirúrgico
incluyen:
• Fracturas abiertas, generalmente
mediante fijación con Kirschner.
• Interposición de partes blandas (pronador
cuadrado, tendones flexores)
que impiden la reducción cerrada.
• Síndrome compartimental.
Este tipo de fracturas, sobretodo tras tratamiento
conservador, pueden desplazarse
en el interior de la inmovilización con yeso
por lo que es aconsejable unos controles
radiológicos cada 10-15 días así como valorar
el cambio de yeso a los 15 días, una vez
superada la fase de edema.
La inmovilización se mantiene durante
4-6 semanas hasta que exista evidencia de
consolidación radiológica.
En lo referente a las posibles complicaciones
de las fracturas metafisarias radiales y
cubitales, destacaríamos:
• Lesión nerviosa. Representa un 1% de
las complicaciones. Afectan al nervio
mediano o al cubital en forma de
neuroapraxias, que recuperan normalmente
de forma espontánea.
• Lesión vascular. Aparece también en
fracturas con gran desplazamiento,
pudiendo dar lugar a un síndrome de
Volkman, que puede hacer necesaria
una fasciotomía descompresiva si la presión intracompartimental supera
los 30 mm Hg.
• Refractura. Se da en el 7 y el 12% de
las fracturas y está relacionado con
edad avanzada y con la práctica de
ejercicios violentos en los tres primeros
meses post-fractura.
• Cierre fisario prematuro. Se ha descrito
tras fractura metafisaria en rodete y
se ha atribuido a lesión fisaria por
compresión tipo V de Salter-Harris.
• Angulación residual. Aparece más frecuentemente
en fracturas completas
desplazadas, tratadas de forma ortopédica
debido a la perdida de la reducción
por yesos mal colocados, fracturas
mal reducidas, cúbito integro o
conminución de la cortical. La pérdida
de la reducción aparece en el 5%
de los casos cuando la corrección es
anatómica, pudiendo llegar al 45% si
esta no se realiza de forma completa
(Fig. 48).
No obstante, dependiendo sobre todo
de la edad del paciente y de la severidad
de la deformidad, estas uniones
viciosas tienden a remodelarse por
aposición-reabsorción perióstica y crecimiento
fisario asimétrico (Fig. 49).
• Limitación de la movilidad. Complicación
que se asocia principalmente a fracturas cuya angulación es superior a
20º, deformidades rotacionales o fractura
de ambos huesos, siendo la pronación
la más afectada.
viernes, 7 de febrero de 2014
Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - IV
Fracturas completas. Son fracturas difíciles
de reducir y fáciles de desplazarse
sobre todo si se asocian a cúbito integro.
Al igual que en el resto de fracturas
se permite un cierto grado de desplazamiento
en su reducción. La
reducción se lleva a cabo con anestesia
general o troncular y consiste en una
tracción durante 10 minutos para relajar
los músculos tras lo cual se aplica
una compresión dorsal que produce
hiperextensión del fragmento distal
para volverlo a colocar en su posición
anatómica con un movimiento de flexión
(Fig. 47).También tenemos que
reducir la desviación radial de los
fragmentos produciendo una ligera
desviación de sentido contrario
–cubital–.
Según los distintos autores, la reducción
de la rotación puede ser en pronación, en
supinación o en posición neutra, admitiéndose
como norma general aquella posición
que garantice mayor estabilidad a la fractura.
La inmovilización debe realizarse según
la mayoría de los autores, con un yeso braquiopalmar
con desviación cubital en caso
de cubito íntegro o neutra si es de ambos
huesos, moderada flexión de muñeca y primer
dedo en oposición. Sin embargo, se
han publicado buenos resultados con la utilización
de un yeso antebraquiopalmar solo,
bien conformado.
El tratamiento quirúrgico más frecuente
consiste en la reducción cerrada y fijación
con agujas de Kirschner y esta indicado
en fracturas inestables, fracturas muy
desplazadas, fracturas bilaterales, fracturas
desplazadas secundariamente y fracturas
múltiples de extremidades.
jueves, 6 de febrero de 2014
Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - III
El tratamiento varía dependiendo sobre
todo del tipo y el grado de desplazamiento
de la fractura.
• Fractura en rodete. Inmovilización con
férula antebraquial durante 3-4 semanas;
normalmente no necesitan reducción.
El pronostico es bueno. Este tipo
de fractura puede, raramente, enmascarar
una lesión por compresión fisaria
tipo V de Salter-Harris cuyo diagnóstico
es siempre «a posteriori».
• Fractura en tallo verde. A la hora de llevar
a cabo el tratamiento de estas fracturas
nos planteamos las siguientes
cuestiones:
* ¿Es necesaria la reducción? La mayoría
de los autores prefieren no reducir
la fractura debido a la capacidad de
remodelación en la infancia. Aquí
también, dicha capacidad de remodelación,
está relacionada con la edad y
la localización de la fractura, de ahí
que esté aceptado que no se reduzcan
fracturas con angulaciones entre 15º y
30º en niños pequeños. En niños
mayores de 14 años sin embargo es
inaceptable cualquier angulación residual
mayor de 15º-20º. Las deformidades
en rotación no se deben aceptar,
ya que no parece que se remodelen
con el tiempo.Hay, por el contrario,
otros autores que recomiendan la
reducción anatómica siempre ya que
esta acción reduce la posibilidad de
posibles desplazamientos posteriores.
* ¿Es preciso la ruptura de la cortical
intacta? Algunos autores prefieren la
ruptura de dicha cortical para evitar el
7% de desviaciones secundarias que se
producen dentro del yeso; sin embargo,
a veces no se justifica la lesión que
se puede producir con este acto para
evitar el desplazamiento posterior.
* La corrección y posterior inmovilización
de la fractura en tallo verde se
realiza de forma inversa a su mecanismo
lesional. Así las fracturas con vértice
dorsal se inmovilizan en supinación
y las fracturas con vértice palmar
se reducen e inmovilizan en pronación
con yeso braquio palmar de
apoyo en 3 puntos. La inmovilización
se mantiene durante 4-6 semanas con
controles radiológicos periódicos por la posibilidad de desviaciones secundarias
dentro del yeso
miércoles, 5 de febrero de 2014
Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - II
El mecanismo de producción de la
lesión es la caída sobre la mano en extensión
y antebrazo en angulación entre 45º
y 90º.
La clasificación clásica de las fracturas
de metáfisis distal del radio es la siguiente
(Fig. 45):
• Fractura en rodete («Torus fracture»):
típica de la infancia, (niños pequeños).
No se produce apenas desplazamiento
y el trazo de fractura es transverso.
• Fractura en tallo verde: también típicas
del esqueleto inmaduro del niño.
Existe deformidad con vértice dorsal
o palmar y, posiblemente, con componente
rotacional.
• Fractura completa: dan lugar a deformidades
en dorso de tenedor con acabalgamiento
y rotación de los fragmentos.
La fractura del cúbito puede estar asociada
a la del radio en forma de fractura
metafisaria, epifisiolisis, en tallo verde y
avulsión de estiloides cubital.
Debemos comenzar con un interrogatorio
exhaustivo para conocer los mecanismos
de la lesión (traumatismo directo, caída
sobre la mano, etc). Los síntomas que el
paciente refiere son dolor e impotencia
funcional en la muñeca y en la exploración
física se aprecia hinchazón de la zona lesionada
y deformidad variable según el tipo de
fractura, siendo más manifiesta en las fracturas
completas (Fig. 46).
La palpación del
foco de fractura agudiza el dolor y pone de
manifiesto el acabalgamiento de los fragmentos.
Es importante la valoración cuidadosa
del codo y la muñeca adyacentes para descartar
posibles lesiones asociadas. La exploración
vasculonerviosa es crucial en casos
de fracturas desplazadas. Los estudios radiológicos
deben consistir en proyecciones
antero-posterior y lateral del foco de fractura y de las articulaciones adyacentes, tratando
de descartar sobre todo las ya mencionadas
fracturas supracondílea humeral y
de escafoides carpiano que no infrecuentemente
se asocian con las fracturas distales
del antebrazo.
martes, 4 de febrero de 2014
Fracturas distales de antebrazo Fracturas metafisarias de cúbito y radio - I
Como ya se ha mencionado, el 75% de
las fracturas del antebrazo se localizan en su
tercio distal, siendo el radio el hueso más
frecuentemente afectado. Estas fracturas
pueden presentarse aisladas o asociadas a
otras como son las supracondíleas de codo
o escafoides. El tipo de fractura que se produce
más habitualmente es en tallo verde y
la asociación más frecuente es la fractura de
radio completa con tallo verde de cúbito.
lunes, 3 de febrero de 2014
Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - IV
En cualquier caso, si la reducción cerrada
no se consigue, puede intentarse un
enclavado intramedular elástico conduciendo
el fragmento distal hacia el proximal con
el clavo endomedular ligeramente doblado
en el extremo. En nuestra experiencia esta
maniobra no siempre es fácil y con relativa
frecuencia hemos tenido que abrir el foco
de fractura y afrontar los fragmentos de
fractura retirando, si fuera necesario, las partes
blandas interpuestas. En general, en
niños se puede utilizar el enclavado endomedular
elástico y obtener una fácil y rápida
consolidación al contrario que en los
adultos donde hay una alta tasa de no-uniones
con este sistema.
En fracturas de tercio medio diafisario de ambos huesos, sobre
todo en adolescentes también, se pueden
utilizar dos placas DCP que aunque es un
tratamiento más cruento es, si cabe, más
seguro que el enclavado endomedular (Fig.
44). Podemos decir que la reducción abierta
está indicada en: fracturas irreductibles,
fracturas inestables sobre todo en adolescentes,
fracturas asociadas a lesiones inestables
de Monteggia, Galeazzi y supracondíleas
así como en refracturas.
En las fracturas aisladas de un solo hueso
del antebrazo, la radiografía debe siempre
incluir el codo y la muñeca para descartar
una lesión de Monteggia o Galeazzi. La
reducción cerrada es habitualmente posible
(la mayoría de estas fracturas aisladas se ubican
en el tercio medio del radio o cúbito)
y en caso contrario se puede utilizar la
reducción-fijación con enclavado endomedular
o la reducción abierta y fijación con
placa DCP, siempre más adecuada en niños
mayores o adolescentes.
Los casos de deformación plástica aislada
son raros y en general requieren solo la
inmovilización con yeso corto moldeado
durante 3-4 semanas. Si a la deformación
plástica se asocia una fractura del otro hueso
en tallo verde, se debe actuar como si ambas
fueran en tallo verde.
Las complicaciones más frecuentes en
las fracturas de antebrazo en los niños
incluyen consolidación viciosa, especialmente
en fracturas completas desplazadas
sobre todo de tercio proximal (hasta el
16%), no-unión de uno de los dos huesos,
sinostosis radio-cubital, limitación de la
movilidad en prono-supinación, refracturas,
lesión nerviosa (cuidado con lesión iátrica
de interóseo posterior en osteosíntesis de
tercio proximal del radio) y síndrome de
Volkmann.
domingo, 2 de febrero de 2014
Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - III
Cuando la fractura se localiza
en tercio medio, la tendencia al desplazamiento
de los fragmentos es menor que en
tercio proximal y, por tanto, la reducción es
más fácil de conseguir y mantener. La
inmovilización se debe realizar con yeso
braquio-palmar en la posición de máxima
estabilidad, que suele ser en prono-supinación neutra o en ligera supinación distal y
codo flexionado 90º durante 4 semanas,
seguida de yeso antebraquiopalmar hasta
que tanto radiológica como clínicamente
haya signos de consolidación (Fig. 43). Se
ha preconizado también el uso de yeso braquiopalmar
con codo en extensión con
buenos resultados en estas fracturas. En las
fracturas completas de cubito y radio en el
tercio proximal hay mayor tendencia al desplazamiento
y el tratamiento cerrado es
más difícil aunque, como decimos, debe
intentarse.
El desplazamiento suele consistir
en flexión y supinación proximal y pronación
distal, por lo que la reducción y el
mantenimiento se consiguen en supinación
forzada si es necesario. Las fracturas de
antebrazo han mostrado una alta capacidad
de remodelación que, como en fracturas de
otras localizaciones, depende de la edad del
paciente, grado de deformidad, distancia de
la fractura a la fisis y dirección de la angulación.
Como criterio general, se considera
que una angulación residual es aceptable
hasta 20-30º en edades menores de 8-10
años. A esa edad también se puede tolerar
un acabalgamiento, siempre que no haya
impronta en la membrana interósea en
cuyo caso hay riesgo de sinostosis radiocubital
espontánea. En niños mayores de 12
años y niñas mayores de 10, la angulación
residual máxima aceptable es de 20º y no se
deben tolerar acabalgamientos a pesar de
que hallazgos recientes de Price y cols.
indican que incluso en esa edad es habitual
ver importantes recuperaciones morfológicas
y funcionales de mal-uniones severas en
este tipo de fracturas.
sábado, 1 de febrero de 2014
Fractura de Galeazzi - Fracturas diafisarias del antebrazo - II
En cualquier caso las fracturas más frecuentes
son: fractura en tallo verde de
ambos huesos (o tallo verde en uno y
deformación plástica en otro) en niños
pequeños y fractura completa de ambos
huesos también con mayor o menor desplazamiento
a partir de los 6-8 años de
edad (Fig. 42).
Casi la mitad de las fracturas diafisarias
de antebrazo son en «tallo verde». Ocurren
fundamentalmente en niños menores de 8
años y presentan habitualmente una angulación
con vértice volar y malrotación del
fragmento distal en supinación. Por el contrario,
las fracturas con angulación dorsal
generalmente presentan el fragmento distal
en pronación con respecto al proximal.
El tratamiento clásico de estas fracturas
consiste en, bajo anestesia general, completar
la fractura mediante la rotura del cortex
íntegro exagerando la deformidad angular e
intentando la corrección completa seguidamente.
Este método es eficaz pero presenta
el peligro potencial de convertir una fractura
que tiende a ser estable, en inestable.
Otro método que parece ser muy eficaz se
basa simplemente en, bajo sedación, reducir
la malrotación que presentan estas fracturas
realizando una maniobra de pronación en
las que presentan malrotación en supinación
y viceversa.
Este método es, aparentemente,
tan eficaz como el primero pero con
la ventaja de que produce menos dolor y
reduce el problema de la desestabilización
de la fractura al no romper el cortex intacto.
Sea cual sea el método de reducción, el
paciente debe llevar un vendaje enyesado
braquio-palmar durante 3-4 semanas con el
codo flexionado 90º y el antebrazo en
prono-supinación neutra. Una vez inmovilizadas,
las fracturas en tallo verde tienden a
ser estables hasta la consolidación.
Las fracturas completas de ambos huesos,
como ya se ha mencionado, se dan
sobre todo en niños mayores de 8 años y
tienden a ser inestables. Su tratamiento
varía dependiendo del nivel, tipo y grado
de desplazamiento. El tratamiento consiste
en la reducción secuencial de la malrotación,
angulación y traslación de los fragmentos
y, aunque no suele ser fácil, se debe
intentar conseguir por métodos conservadores
en primera instancia. Esto se debe
realizar bajo anestesia general y control
radiológico.
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