La exploración física general debe
seguir las pautas de atención al politraumatizado.
Recordar que ¡hay que prevenir la
hipotermia en el niño, que debe estar completamente
desnudo (calentar el ambiente).
Hay que prestar una atención sistemática
a los siguientes factores:
Contusiones: La localización de contusiones
masivas (hematomas, áreas de inflamación,
abrasiones, etc.) en la región pélvica
debe alertar sobre el mecanismo de producción
y el tipo de lesión que se puede
dar.
Heridas: Hay que valorar de forma cuidadosa
y sistemática el periné y la espalda
(región sacrococcígea) en búsqueda de
heridas que transformen una lesión cerrada
en otra abierta (buscar heridas o desgarros
en vagina, recto). Observar la extensión,
profundidad, suciedad, de las heridas así
como de pérdidas cutáneas.
Hematuria: sangre en meato urinario,
incapacidad para la micción y una próstata
alta, indican rotura de la uretra en el niño.
En las niñas la sangre proveniente de uretra
o vagina sugiere una fractura abierta.
El tacto rectal: puede poner de manifiesto:
sangre en recto, indicativo de desgarros;
un ascenso de la próstata (asociado a roturas
de la uretra); o alteraciones en el tono
del esfinter, indicativas de lesión neurológica.
Pelvis y miembros inferiores: Hay que
prestar una atención cuidadosa a la posibilidad
de acortamientos, posiciones anómalas
y deformidades rotacionales de los
miembros inferiores (lo que indicaría fracturas
inestables o luxaciones). La palpación
cuidadosa de la pelvis puede poner de
manifiesto un dolor localizado, o una movilidad
anormal y crepitación en la hemipelvis.
No se deben realizar maniobras de
apertura y cierre del anillo pelviano en caso
de sospecha de fracturas de pelvis inestables.
También son útiles las maniobras de tracción en el eje de los miembros inferiores
(cada uno por separado) manteniendo la
pelvis fija (con un ayudante), para detectar
las inestabilidades verticales.
Explorar la
movilidad activa: la elevación activa del
miembro inferior con la rodilla estirada es
una prueba bastante sensible para detectar
las fracturas pélvicas.
Un dolor agudo en región inguinal, con
impotencia funcional absoluta y rotación
externa del miembro inferior secundaria a
traumatismo violento sería indicativa de
fractura de cadera, con acortamiento de la
extremidad, cuando la fractura está desplazada.
Se debe observar el relleno capilar,
pulsos, y sensibilidad.
Exploración neurológica: (descartar lesiones
del plexo o raíces lumbosacras, más frecuentes
en fracturas inestables del tipo C y
en las fracturas acetabulares. Descartar lesiones
de nervios periféricos y lesiones intrapélvicas
asociadas.
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