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miércoles, 4 de junio de 2014

EXAMEN FÍSICO

La exploración física general debe seguir las pautas de atención al politraumatizado. Recordar que ¡hay que prevenir la hipotermia en el niño, que debe estar completamente desnudo (calentar el ambiente). Hay que prestar una atención sistemática a los siguientes factores: 
Contusiones: La localización de contusiones masivas (hematomas, áreas de inflamación, abrasiones, etc.) en la región pélvica debe alertar sobre el mecanismo de producción y el tipo de lesión que se puede dar. 
Heridas: Hay que valorar de forma cuidadosa y sistemática el periné y la espalda (región sacrococcígea) en búsqueda de heridas que transformen una lesión cerrada en otra abierta (buscar heridas o desgarros en vagina, recto). Observar la extensión, profundidad, suciedad, de las heridas así como de pérdidas cutáneas. 
Hematuria: sangre en meato urinario, incapacidad para la micción y una próstata alta, indican rotura de la uretra en el niño. En las niñas la sangre proveniente de uretra o vagina sugiere una fractura abierta. 
El tacto rectal: puede poner de manifiesto: sangre en recto, indicativo de desgarros; un ascenso de la próstata (asociado a roturas de la uretra); o alteraciones en el tono del esfinter, indicativas de lesión neurológica. Pelvis y miembros inferiores: Hay que prestar una atención cuidadosa a la posibilidad de acortamientos, posiciones anómalas y deformidades rotacionales de los miembros inferiores (lo que indicaría fracturas inestables o luxaciones). La palpación cuidadosa de la pelvis puede poner de manifiesto un dolor localizado, o una movilidad anormal y crepitación en la hemipelvis. No se deben realizar maniobras de apertura y cierre del anillo pelviano en caso de sospecha de fracturas de pelvis inestables. También son útiles las maniobras de tracción en el eje de los miembros inferiores (cada uno por separado) manteniendo la pelvis fija (con un ayudante), para detectar las inestabilidades verticales. 
Explorar la movilidad activa: la elevación activa del miembro inferior con la rodilla estirada es una prueba bastante sensible para detectar las fracturas pélvicas. Un dolor agudo en región inguinal, con impotencia funcional absoluta y rotación externa del miembro inferior secundaria a traumatismo violento sería indicativa de fractura de cadera, con acortamiento de la extremidad, cuando la fractura está desplazada. Se debe observar el relleno capilar, pulsos, y sensibilidad. 
Exploración neurológica: (descartar lesiones del plexo o raíces lumbosacras, más frecuentes en fracturas inestables del tipo C y en las fracturas acetabulares. Descartar lesiones de nervios periféricos y lesiones intrapélvicas asociadas.

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