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domingo, 8 de junio de 2014

Prevención de secuelas

Las lesiones de mayor morbilidad son las debidas a fracturas inestables de pelvis con asimetrías y acortamientos importantes, las luxaciones de las grandes articulaciones, fracturas acetabulares y disyunciones sacroilíacas, las fracturas abiertas con heridas extensas y lesiones de partes blandas, y las lesiones por aplastamiento y síndromes compartimentales. 
Siempre hay que evitar las manipulaciones repetidas o descuidadas tanto en el traslado como en la reducción de fracturas inestables y luxaciones porque pueden aumentar el grado de lesión, el sangrado, y el riesgo de necrosis avascular de la cabeza del fémur. 
Se debe realizar un diagnóstico precoz y exacto, tanto de las lesiones locales como de las lesiones asociadas a distancia, y establecer una pauta de tratamiento completa y correcta de las mismas, siguiendo un orden de prioridad adecuado. Hay que prevenir complicaciones generales como fracasos multiorgánicos, y complicaciones tromboembólicas y de embolismos grasos que son excepcionales en los niños. 
El tratamiento se debe realizar con carácter urgente, tanto la reducción de la luxación de la cadera (ya que el tiempo transcurrido hasta la reducción es un factor pronóstico) como el tratamiento definitivo de las fracturas de cadera, o la estabilización de una fractura de pelvis inestable.

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