La radiografía AP de pelvis simple es el
método de elección para establecer tanto el
tipo específico de luxación como la presencia
de fracturas concomitantes (Fig. 1). Pese
a esto, hay algunos datos clínicos que vale la
pena discutir.
En la luxación posterior, la extremidad
se encuentra en flexión, aducción y rotación
interna, provocadas por la tensión del
ligamento de Bigelow, con la rodilla o el pie descansando sobre la extremidad sana.
Hay
un acortamiento aparente y dolor intenso
con cualquier movimiento.
En la luxación anterior, la cadera se
encuentra en abducción, rotación externa y
flexión variable dependiendo del tipo. La
cabeza femoral se puede palpar en la región
del obturador y hay un alargamiento aparente
de la extremidad.
En la luxación central, todos los movimientos
están restringidos por dolor y
espasmo muscular. No hay una postura
característica de la extremidad ni acortamiento
importante.
La zona lateral de la cadera se encuentra
aplanada por el desplazamiento medial del
trocanter mayor. Es común la hemorragia
intrapélvica, que se caracteriza por matidez
a la percusión abdominal. Con el tacto rectal
se palpa la cabeza femoral. Es de suma
importancia considerar la posibilidad de
fracturas asociadas a la luxación de cadera,
como son las acetabulares y las diafisiarias
de fémur, las cuales pueden pasar desapercibidas
si no se sospechan con anticipación.
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