Se trata de lesiones fisarias tipo I y II de
Salter y Harris ocasionadas por fuerzas
extrínsecas intensas aplicadas cerca de las
articulaciones del hombro, codo, cadera o
rodilla que producen un deslizamiento de
la epífisis sobre la metáfisis a través de la
placa de crecimiento.
Húmero proximal
La separación de la epífisis humeral proximal
se produce fundamentalmente en las
presentaciones podálicas durante el desprendimiento
del hombro, sobre todo si
hay elevación de los brazos.
Como el núcleo cartilaginoso proximal
del húmero no es visible radiográficamente
en el momento del nacimiento, se podrá
confundir con una luxación traumática del
hombro, que es extremadamente rara, una
parálisis de Erb o artritis séptica del hombro,
siendo muy útil la ultrasonografía o
artrografía para el diagnóstico diferencial.
Clínicamente el recién nacido presenta
dolor a la palpación, tumefacción, inmovilidad
del brazo y en ocasiones crepitación
ósea. Se trata fácilmente con tracción y un
vendaje elástico suave a través del tórax
sujetando el brazo durante 2 semanas. El
pronóstico es excelente.
Húmero distal
El desplazamiento de la epífisis humeral
distal en el neonato es muy raro, generalmente
se presenta en partos con presentación
de nalgas y distocia de hombros. El
codo afectado se encuentra inmóvil, generalmente
en flexión, tumefacto y con crepitación
a la flexo-extensión. El epicóndilo, la
epitróclea y el olécranon guardan una relación
normal, hecho que hace la diferencia
entre esta entidad y la luxación del codo.
Es difícil el diagnóstico radiográfico
porque la epífisis humeral distal es totalmente
cartilaginosa. En la proyección lateral,
hay desplazamiento posterior del extremo
proximal del radio y cubito con respecto
al eje longitudinal del húmero; en la proyección
anteroposterior, hay disminución
del espacio articular del codo comparado
con el contralateral (Fig. 4 y 5).
El tratamiento consiste en tracción
suave, pronación del antebrazo y flexión del
codo de 90°, se inmoviliza el codo con una
férula braquipalmar durante 2 semanas.
Cuando se retrasa el diagnóstico hasta la
aparición del callo de la fractura ya no está
indicada la manipulación e inmovilización
del codo.
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