La clavícula es el hueso que con más
frecuencia se fractura durante el parto, es en
extremo vulnerable cuando existe dificultad
en liberar el hombro retenido y en ocasiones
es fracturado intencionalmente para
lograr esta liberación. El mayor peso del
recién nacido acompañado del mayor diámetro
biacromial aumenta proporcionalmente
la posibilidad de esta lesión. Las
situaciones que con mayor frecuencia producen
esta fractura son:
a) La acción del obstetra al hacer tracción
sobre la cabeza o sobre el hombro
al intentar el descenso del brazo
elevado.
b) La extracción del hombro en diámetro
oblicuo.
c) La maniobra violenta de Kristeller al
encontrar el hombro detrás del
pubis.
d) La presión perpendicular respecto al
eje longitudinal del hueso al introducir la mano el obstetra para bajar
el hombro posterior elevado; y
e) En los partos de nalgas o en las versiones
internas con cabeza última al
hacer presión los dedos del obstetra
sobre la clavícula para desprender la
cabeza.
En la literatura no hay unanimidad con
respecto a la frecuencia de esta fractura, hay
reportes desde 0.2 a 6.6 por 1000 de recién
nacidos vivos. Comúnmente la fractura es
completa, unilateral y se encuentra cabalgada
(Fig. 1).
Clínicamente es característica la inmovilidad o la limitación de los movimientos activos del brazo del lado afectado, pudiendo existir crepitación al presionar sobre la clavícula del lado afectado, con dolor a la palpación. El reflejo de Moro puede estar ausente y existe espasmo del músculo esternocleidomastoideo con desaparición de la depresión supraclavicular. En las fracturas en tallo verde puede no haber limitación de los movimientos y estar presente el reflejo de Moro. La fractura de húmero o la parálisis del plexo braquial pueden ser la causa de la limitación de los movimientos de la extremidad torácica y la ausencia del reflejo de Moro del lado afectado
.A veces, la fractura de la clavícula se diagnostica erróneamente como tortícolis congénita de tipo muscular. Se debe realizar el diagnóstico diferencial con pseudoartrosis congénita de la clavícula, lesiones del plexo braquial y procesos infecciosos alrededor del hombro. En ocasiones la fractura de clavícula puede coexistir con lesión del plexo braquial. El tratamiento de esta fractura es siempre ortopédico y consiste en inmovilizar el brazo y hombro del lado afectado durante 1 semana, incluso sin tratamiento dichas fracturas consolidan siempre.. Se producirá un callo prominente al cabo de una semana, que puede ser el primer dato de una fractura insospechada. El pronóstico de estas fracturas es excelente.
Clínicamente es característica la inmovilidad o la limitación de los movimientos activos del brazo del lado afectado, pudiendo existir crepitación al presionar sobre la clavícula del lado afectado, con dolor a la palpación. El reflejo de Moro puede estar ausente y existe espasmo del músculo esternocleidomastoideo con desaparición de la depresión supraclavicular. En las fracturas en tallo verde puede no haber limitación de los movimientos y estar presente el reflejo de Moro. La fractura de húmero o la parálisis del plexo braquial pueden ser la causa de la limitación de los movimientos de la extremidad torácica y la ausencia del reflejo de Moro del lado afectado
.A veces, la fractura de la clavícula se diagnostica erróneamente como tortícolis congénita de tipo muscular. Se debe realizar el diagnóstico diferencial con pseudoartrosis congénita de la clavícula, lesiones del plexo braquial y procesos infecciosos alrededor del hombro. En ocasiones la fractura de clavícula puede coexistir con lesión del plexo braquial. El tratamiento de esta fractura es siempre ortopédico y consiste en inmovilizar el brazo y hombro del lado afectado durante 1 semana, incluso sin tratamiento dichas fracturas consolidan siempre.. Se producirá un callo prominente al cabo de una semana, que puede ser el primer dato de una fractura insospechada. El pronóstico de estas fracturas es excelente.
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