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domingo, 26 de octubre de 2014

DESPRENDIMIENTOS EPIFISARIOS - II

Se han reportado como secuelas de esta lesión limitación para la flexión del codo y deformidad en varo o valgo (Fig. 6). 
Figura 6. Codo valgo postraumático.
Fémur proximal La separación traumática de la epífisis femoral proximal es una lesión rara y a menudo se le confunde con displasia del desarrollo de la cadera. El mecanismo de lesión es por hiperextensión, abducción y rotación externa de la cadera. Clínicamente el recién nacido adopta una posición en abducción de las caderas, con flexión de la rodilla y rotación externa de la extremidad afectada. Se puede palpar crepitación al mover la cadera, con dolor a la palpación y se observa acortamiento de la extremidad afectada. Radiográficamente aún no observamos el núcleo de osificación de la cabeza femoral, por lo cuál se puede confundir esta lesión con displasia del desarrollo de la cadera al observar el extremo proximal de la diáfisis femoral desplazado proximal y lateralmente, sin embargo a la exploración encontraremos abducción dolorosa de la cadera con lesión traumática. Otro diagnóstico diferencial es la artritis séptica neonatal con tumefacción e inflamación de la cadera y desplazamiento lateral de la metáfisis en las radiografías, sin embargo en la epifisiolisis traumática no hay signos de infección y la sintomatología aparece inmediatamente después del nacimiento. Se puede utilizar la artrografía para corroborar el diagnóstico. El tratamiento consiste en reducción e inmovilización con la cadera en abducción, flexión parcial y rotación interna en una espica durante 2 a 3 semanas. Se han reportado casos de coxa vara permanente en lesiones no tratadas oportunamente, no se han reportado casos de necrosis avascular. 
Fémur distal Está lesión es de un diagnóstico más sencillo, porque podemos observar el núcleo de osificación femoral distal desde el nacimiento. Se trata de una lesión fisaria tipo I de Salter y Harris que no compromete el crecimiento ulterior del fémur distal. Casi siempre el desplazamiento de la epífisis es posterior y se forma un gran callo perióstico alrededor de la lesión, que puede ser el primer dato encontrado en estos pacientes dado que en ocasiones no se sospecha este diagnóstico y la lesión pasa desapercibida. Se debe realizar el diagnóstico diferencial con lesiones congénitas o infecciosas de la rodilla. El tratamiento consiste en reducción mediante tracción y desplazamiento anterior de la epífisis teniendo siempre cuidado con los vasos poplíteos e inmovilizando la rodilla en discreta flexión durante 2 semanas.A pesar de persistir un leve desplazamiento epifisario este se remodelará con el crecimiento. Es preferible no utilizar la tracción de Bryant, por el peligro posible de comprimir los vasos poplíteos o producir isquemia del pie.

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