Se han reportado como secuelas de esta
lesión limitación para la flexión del codo y
deformidad en varo o valgo (Fig. 6).
Figura 6. Codo valgo postraumático. |
Fémur proximal
La separación traumática de la epífisis
femoral proximal es una lesión rara y a
menudo se le confunde con displasia del
desarrollo de la cadera. El mecanismo de
lesión es por hiperextensión, abducción y
rotación externa de la cadera.
Clínicamente el recién nacido adopta
una posición en abducción de las caderas,
con flexión de la rodilla y rotación externa
de la extremidad afectada. Se puede palpar
crepitación al mover la cadera, con dolor a
la palpación y se observa acortamiento de
la extremidad afectada.
Radiográficamente aún no observamos
el núcleo de osificación de la cabeza femoral,
por lo cuál se puede confundir esta
lesión con displasia del desarrollo de la
cadera al observar el extremo proximal de
la diáfisis femoral desplazado proximal y
lateralmente, sin embargo a la exploración
encontraremos abducción dolorosa de la
cadera con lesión traumática. Otro diagnóstico
diferencial es la artritis séptica neonatal
con tumefacción e inflamación de la cadera
y desplazamiento lateral de la metáfisis en las radiografías, sin embargo en la epifisiolisis
traumática no hay signos de infección y
la sintomatología aparece inmediatamente
después del nacimiento.
Se puede utilizar la artrografía para
corroborar el diagnóstico.
El tratamiento consiste en reducción e
inmovilización con la cadera en abducción,
flexión parcial y rotación interna en una
espica durante 2 a 3 semanas. Se han reportado
casos de coxa vara permanente en
lesiones no tratadas oportunamente, no se
han reportado casos de necrosis avascular.
Fémur distal
Está lesión es de un diagnóstico más
sencillo, porque podemos observar el
núcleo de osificación femoral distal desde el
nacimiento. Se trata de una lesión fisaria
tipo I de Salter y Harris que no compromete
el crecimiento ulterior del fémur distal.
Casi siempre el desplazamiento de la
epífisis es posterior y se forma un gran callo
perióstico alrededor de la lesión, que puede
ser el primer dato encontrado en estos
pacientes dado que en ocasiones no se sospecha
este diagnóstico y la lesión pasa desapercibida.
Se debe realizar el diagnóstico diferencial
con lesiones congénitas o infecciosas de
la rodilla. El tratamiento consiste en reducción
mediante tracción y desplazamiento
anterior de la epífisis teniendo siempre cuidado
con los vasos poplíteos e inmovilizando
la rodilla en discreta flexión durante 2
semanas.A pesar de persistir un leve desplazamiento
epifisario este se remodelará con
el crecimiento. Es preferible no utilizar la
tracción de Bryant, por el peligro posible
de comprimir los vasos poplíteos o producir
isquemia del pie.
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