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que se diagnostiquen ya consolidadas en
mala posición. Las fracturas del cuello de los metacarpianos
se dan en niños mayores y afectan especialmente
al 5º metacarpiano (Fig 10). El
mecanismo suele ser por impacto directo y
el fragmento distal se desvía en flexión. En
los metacarpianos 2º a 5º, la fractura puede
combinarse con una lesión fisaria. Hay que
reducir estas fracturas con la MCF en flexión
y haciendo compresión longitudinal
sobre F1. Por la proximidad de la fisis, aunque
quede una ligera flexión suele compensarse
con el tiempo.
Sin embargo, las fracturas más características
del niño están localizadas en la base de
las falanges y de manera especial en la base de
los dedos y relacionadas con el cartílago de crecimiento,
sea en zona metafisaria, fisaria o epifisaria.
Si bien en las lesiones de las falanges
media y distal el mecanismo habitual es la
contusión directa, en las fracturas de la base
del dedo el mecanismo suele ser un traumatismo
indirecto, por contusión sobre el
extremo del dedo separándolo lateral o
dorsalmente (Fig 11); el brazo de palanca
que constituye el dedo en extensión produciría
una luxación en el adulto, pero en los
niños no puede vencer la resistencia de los
ligamentos y la cápsula articular, muy
potentes, y arranca la diáfisis de la epífisis,
sea a nivel metafisario o fisario.
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