Se define como toda fractura que ocurre
como resultado de una fuerza aparentemente
normal aplicada a un hueso debilitado
localmente o de forma generalizada.
Lesión local en hueso normal
En estos casos la lesión (Tabla 1) es, generalmente,
localizada pero puede ser multifocal
como sucede en la Encondromatosis y
Granuloma Eosinófilo. Los ejemplos más
comunes son el Quiste Óseo Esencial,
Quiste Óseo Aneurismático y el Fibroma no
Osificante (Fig. 1).
Los tumores malignos en ocasiones
debutarán con una fractura, pero pueden ser
separados de este grupo por el tamaño de la
hinchazón y de la lesión con apariencia
agresiva en las radiografías (Fig. 2).
Fragilidad ósea anormal
Las dos causas más frecuentes (Tabla 2)
son la Osteogénesis Imperfecta (Fig. 3) y la Displasia Fibrosa. Sin embargo, fracturas
asociadas a osteomielitis y formación de
secuestros son relativamente comunes en
países donde hay una elevada incidencia de
infecciones óseas. La pseudoartrosis congénita
de la tibia presenta un problema especial,
en concreto en el manejo de la fractura
donde una discreta angulación anterolateral
de la tibia en el niño evoluciona hacia
la fractura con consecuencias frecuentemente
desastrosas (Fig. 4).
Figura 1. Fractura patológica metafisaria distal de tibia sobre Fibrona no Osificante en varón de 13 años. |
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