En fracturas de tercio medio diafisario de ambos huesos, sobre
todo en adolescentes también, se pueden
utilizar dos placas DCP que aunque es un
tratamiento más cruento es, si cabe, más
seguro que el enclavado endomedular (Fig.
44). Podemos decir que la reducción abierta
está indicada en: fracturas irreductibles,
fracturas inestables sobre todo en adolescentes,
fracturas asociadas a lesiones inestables
de Monteggia, Galeazzi y supracondíleas
así como en refracturas.
En las fracturas aisladas de un solo hueso
del antebrazo, la radiografía debe siempre
incluir el codo y la muñeca para descartar
una lesión de Monteggia o Galeazzi.
La
reducción cerrada es habitualmente posible
(la mayoría de estas fracturas aisladas se ubican
en el tercio medio del radio o cúbito)
y en caso contrario se puede utilizar la
reducción-fijación con enclavado endomedular
o la reducción abierta y fijación con
placa DCP, siempre más adecuada en niños
mayores o adolescentes.
Los casos de deformación plástica aislada
son raros y en general requieren solo la
inmovilización con yeso corto moldeado
durante 3-4 semanas. Si a la deformación
plástica se asocia una fractura del otro hueso
en tallo verde, se debe actuar como si ambas
fueran en tallo verde.
Las complicaciones más frecuentes en
las fracturas de antebrazo en los niños
incluyen consolidación viciosa, especialmente
en fracturas completas desplazadas
sobre todo de tercio proximal (hasta el
16%), no-unión de uno de los dos huesos,
sinostosis radio-cubital, limitación de la
movilidad en prono-supinación, refracturas,
lesión nerviosa (cuidado con lesión iátrica
de interóseo posterior en osteosíntesis de
tercio proximal del radio) y síndrome de
Volkmann.
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