Según los distintos autores, la reducción
de la rotación puede ser en pronación, en
supinación o en posición neutra, admitiéndose
como norma general aquella posición
que garantice mayor estabilidad a la fractura.
La inmovilización debe realizarse según
la mayoría de los autores, con un yeso braquiopalmar
con desviación cubital en caso
de cubito íntegro o neutra si es de ambos
huesos, moderada flexión de muñeca y primer
dedo en oposición. Sin embargo, se
han publicado buenos resultados con la utilización
de un yeso antebraquiopalmar solo,
bien conformado.
El tratamiento quirúrgico más frecuente
consiste en la reducción cerrada y fijación
con agujas de Kirschner y esta indicado
en fracturas inestables, fracturas muy
desplazadas, fracturas bilaterales, fracturas
desplazadas secundariamente y fracturas
múltiples de extremidades.
Dichas agujas deben ser introducidas
por la estiloides radial con anclaje en la cortical
contraria.
Otras indicaciones de tratamiento quirúrgico
incluyen:
• Fracturas abiertas, generalmente
mediante fijación con Kirschner.
• Interposición de partes blandas (pronador
cuadrado, tendones flexores)
que impiden la reducción cerrada.
• Síndrome compartimental.
Este tipo de fracturas, sobretodo tras tratamiento
conservador, pueden desplazarse
en el interior de la inmovilización con yeso
por lo que es aconsejable unos controles
radiológicos cada 10-15 días así como valorar
el cambio de yeso a los 15 días, una vez
superada la fase de edema.
La inmovilización se mantiene durante
4-6 semanas hasta que exista evidencia de
consolidación radiológica.
En lo referente a las posibles complicaciones
de las fracturas metafisarias radiales y
cubitales, destacaríamos:
• Lesión nerviosa. Representa un 1% de
las complicaciones. Afectan al nervio
mediano o al cubital en forma de
neuroapraxias, que recuperan normalmente
de forma espontánea.
• Lesión vascular. Aparece también en
fracturas con gran desplazamiento,
pudiendo dar lugar a un síndrome de
Volkman, que puede hacer necesaria
una fasciotomía descompresiva si la presión intracompartimental supera
los 30 mm Hg.
• Refractura. Se da en el 7 y el 12% de
las fracturas y está relacionado con
edad avanzada y con la práctica de
ejercicios violentos en los tres primeros
meses post-fractura.
• Cierre fisario prematuro. Se ha descrito
tras fractura metafisaria en rodete y
se ha atribuido a lesión fisaria por
compresión tipo V de Salter-Harris.
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