A diferencia de en los adultos, la mayoría
de las fracturas de Monteggia en los
niños, pueden ser tratadas satisfactoriamente
mediante reducción cerrada e inmovilización
con yeso durante 4-6 semanas aproximadamente
(Fig. 39). El principio en que
se basa el tratamiento de cualquiera de estas
fracturas es la corrección de la angulación
cubital sin la que es virtualmente imposible
la reducción de la luxación radial.
Para la
reducción y su mantenimiento, el codo
debe flexionarse y supinarse en las fracturas
tipos I y III mientras que debe extenderse
y pronarse en las de tipo II. En general, se
puede conseguir la reducción cerrada en las
lesiones de Monteggia hasta 2 semanas post-fractura. En niños mayores y adolescentes,
la reducción cerrada de la angulación
cubital puede ser difícil obligándonos
a realizar una reducción abierta y fijación
interna que en nuestro ámbito se realiza
prácticamente siempre con placa DCP (Fig.
40) y en algún caso de adolescente, con
enclavado elástico endomedular. Si, a pesar
de corregir la angulación cubital, se da el
raro caso de que no se consigue al mismo
tiempo la reducción radio-humeral y
radio-cubital, se procederá a su reducción
abierta, habitualmente por vía lateral
reconstruyendo el ligamento anular roto. El
tratamiento se completará con 6 semanas
de yeso seguido de fisioterapia intensiva.
Dentro de las complicaciones derivadas
de las fracturas de Monteggia destacaremos:
limitación de movilidad sobre todo en
prono-supinación, luxación recidivante y
lesión neurológica (sobre todo neuroapraxia
del nervio interóseo posterior en lesiones
tipo III) generalmente recuperable de
modo espontáneo.
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