No existen datos fiables de la tasa de
infección tras fractura abierta en la infancia. Algunas series dan un índice similar a los
adulto, en tanto que otras, encuentran un
nivel significativamente inferior en los
menores de 17 años.
La tasa de infección de tejidos blandos
llega en algunas series al 25%, en tanto que
la osteomielitis afecta entre un 2% y un 5%.
El germen más frecuentemente aislado es el
Staphylococcus aureus.
Para minimizar el riesgo de infección
Patzakis, tras estudiar 1104 fracturas abiertas,
recomienda : Administración inmediata
de antibióticos de amplio espectro durante
al menos tres días, desbridamiento quirúrgico
precoz, cierre parcial de las lesiones
tipo I y II y cierre diferido en los tipo III
de Gustilo.
El retardo de consolidación en las fracturas
diafisarias abiertas de miembros inferiores
afecta al 15%-20% de los casos, siendo
el tipo de fractura y la edad del paciente
los factores que más influencia tienen en
su aparición, resultando excepcional por
debajo de los 6 años de edad.
Entre el 8%-10% de las fracturas diafisarias
abiertas de miembros inferiores evolucionan
a pseudartrosis siendo siempre fracturas
con graves lesiones de partes blandas.
El empleo de proteina morfogenética
humana en fracturas abiertas de tibia, en adultos,
parece disminuir el tiempo de consolidación
y la tasa de infección. No existen datos
concluyentes de su utilidad en la infancia.
La posibilidad de aparición, a largo
plazo, de dismetrias o desviaciones axiales
de los miembros como consecuencia del
potencial de crecimiento que presentan los
niños, no difieren de los que se pueden presentar
tras una fractura cerrada. Un caso
especial es la pérdida de sustancia ósea que
puede existir tras una fractura abierta y que
requerirá la realización de un transporte o
el aporte de injerto óseo.
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