Son unas de las fracturas más frecuentes
a la vez que severas en los niños. De todas
las fracturas de los niños, alrededor del 70%
ocurren en la extremidad superior y de
ellas hasta un 10% en el húmero distal.
La
severidad de estas fracturas no solo se deriva del trauma en sí necesario para producir
la lesión sino de las secuelas tan graves que
pueden aparecer si no se realiza el diagnóstico,
tratamiento y seguimiento adecuados.
Para entender los distintos tipos de fracturas
del húmero distal y sus consecuencias
interesa saber que la osificación de esta
región tiene lugar secuencialmente con el
siguiente orden (Diagrama 3): cóndilo lateral,
6 meses-2 años de edad; epicóndilo
medial (epitróclea), 4-7 años; cóndilo
medial (tróclea), 7-9 años y epicóndilo lateral,
10-12 años. Otros centros de osificación
que nos interesan son los de la cabeza radial
(2-4 años) y olécranon (8-10 años).
Según Wilkins, el aporte sanguíneo llega
al cóndilo-lateral desde su cara posterior y
a la tróclea mediante vasos trans-fisarios.
De acuerdo a su frecuencia, los distintos
tipos de fractura del húmero distal podrían
quedar en el siguiente orden de más a
menos frecuente: fractura supracondílea,
cóndilo lateral, epitróclea (epicóndilo
medial), tróclea, desprendimiento fisario
completo, epicóndilo lateral y fracturas
complejas de paleta humeral. Con mucho,
las más frecuentes son las tres primeras.
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