Respecto al resto de las fracturas toracolumbares,
especialmente de la charnela, sin
compromiso neurológico pueden ser tratadas de forma ortopédica, esta actitud es aún
más comprensible teniendo en cuenta que,
suelen ser estables. Sea el tratamiento quirúrgico
u ortopédico, la finalidad será
devolver al paciente a una actividad normal
con una columna estable, en el menor período
de tiempo posible y con la menor
morbilidad.
Los resultados a largo plazo del
tratamiento conservador muestran escaso
número de complicaciones y sólo se mencionan
excepcionalmente déficit neurológico
o cifosis progresiva. Las posibilidades
de tratamiento ortopédico en estas fracturas
son múltiples. Puede consistir en reposo
absoluto en cama hasta la total curación de
la fractura, en un tratamiento funcional con
marcha inmediata sin ningún tipo de ortesis,
o puede ser intermedio utilizando una
ortesis poco restrictiva o un corsé. Otra
posibilidad consiste en el uso de una ortesis
restrictiva que inmovilice en un solo plano
(corsé de Jewett). Por último, también
puede ser válida una inmovilización ortésica
que limite la movilidad en múltiples planos
como un corsé TLSO termoplástico a
medida.
Las fracturas que afecten a dos columnas,
anterior y media, deben ser tratadas de forma
ortopédica en función del grado de cifosis
y del aplastamiento vertebral, aunque antes
de valorar de manera aislada una angulación
debe considerarse la angulación previa de la
vértebra fracturada, lo que se conoce como
índice sagital. Aquéllos casos con una cifosis
en el índice sagital menor de 15 grados
y sin retropulsión de fragmentos óseos pueden
tratarse con un marco de hiperextensión
de Jewett.Aquéllos con más de 15 grados
de deformidad cifótica y/o un discreto
grado de compromiso del canal medular o
retropulsión de fragmentos óseos deben ser
tratados con una ortesis tipo TLSO. La
inmovilización debe mantenerse durante
10 ó 12 semanas, retirándose gradualmente
el corsé a lo largo de varias semanas. La
mayoría de las fracturas se hacen intrínsecamente
estables a las 12 semanas, y después
deben realizarse radiografías dinámicas laterales
en flexión y extensión. Igual que en el
caso anterior, el tratamiento rehabilitador
con ejercicios isométricos se inicia en las
primeras semanas y se mantiene hasta retirada
de la ortesis.
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