Consecuentemente, en edades precoces
sería aceptable, e incluso deseable, cierto
grado de acabalgamiento interfragmentario
con acortamiento, en especial en fracturas
de la diáfisis femoral, debido a su tendencia
al hipercrecimiento con la consiguiente dismetría.
El hipercrecimiento es más significante
en fracturas de/miembro interior, en las de los
segmentos proximales y muy escaso en el
antebrazo. Cuanto mayores son el desplazamiento,
las angulaciones y el acortamiento inicial,
mayor tasa de hipercrecimiento final se
obtiene. Las fracturas inestables producen más
hipercrecimiento que las estables.
La reducción
abierta y la fijación interna de las fracturas
diafisarias pueden contribuir a estimular
el hipercrecimieto con mayor relevancia
cuanto más joven es el niño.
La edad es un factor importante y se ha
observado mayor incidencia entre los 4-5 y
los 8-9 años.
En la corrección espontánea de las
deformaciones residuales en los niños
toman parte el periostio y las fisis vecinas al
foco de fractura. Existen dos procesos biológicos
para realizar la remodelación.
El
primero, descrito por Wolff en 1892, consistente
en el depósito de nuevo hueso
donde es necesario (la concavidad) y su
reabsorción donde no lo es (convexidad).
En las fracturas del niño, el periostio todavía
intacto, cubrirá una parte del hueso y
esta zona se rellenaría progresivamente,
mientras en la otra, al quedar denudada,
predominará la reabsorción.
Esto significa que tendrá
lugar un crecimiento diferencial en el
mismo para restablecer la orientación de la
articulación. Parece que este segundo
mecanismo es más rápido y eficaz que el periostal, siendo responsable de aproximadamente
un 75% de la corrección (Fig. 2).
Figura 2. La remodelación de una fractura diafisaria consolidada con deformidad en varo en un niño se realiza por aposición ósea en la concavidad y reabsorción en la convexidad. A la vez existe una reacción modelante de las metáfisis y epífisis.
Figura 2. La remodelación de una fractura diafisaria consolidada con deformidad en varo en un niño se realiza por aposición ósea en la concavidad y reabsorción en la convexidad. A la vez existe una reacción modelante de las metáfisis y epífisis.
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